“Queremos escarbar en el lado oscuro del alma. En el placer perverso que nos incita leer sobre los rincones tenebrosos de la mente de un psicópata, la curiosidad morbosa que nos provoca una casa encantada o, incluso, la dulce repulsión del relato sangriento de un crimen. Canguelo del bueno. Historias de miedo para leer entre tinieblas y disfrutar sufriendo”