ANIMALES DE JARDÍN
MARITZA RUIZ LOPEZ | Valleritz

Era jueves por la noche, habían pasado las 10 porque el cuco de mi vecino sonó unos minutos antes de aquellos gritos en el portal. Hacía un par de años que me había mudado y todavía tenía la esperanza de que aquel maldito reloj dejara de funcionar. No soy un tipo que se interese por los demás pero me asomé al rellano a cotillear. La luz estaba encendida pero no había nadie. Cuando iba a cerrar la puerta el ascensor se abrió, subía la señora de enfrente que venía de echar de comer a los gatos del barrio, llevaba comederos y una bolsa que apestaba a pienso. Me saludó con desgana y visto que no había nada más que ver me fui a dormir. Al día siguiente me esperaba una cola para pedir la prestación de desempleo otra vez.
Me despertaron unos pasos infatigables a las 8 pero fue el cuco el que terminó de desvelarme. Me vestí para ir a desayunar en el bar de la esquina unos churros recién hechos. Para mi sorpresa al salir de casa un precinto cubría la puerta de mi vecina de enfrente y subían por las escaleras varios policías que aprovecharon para preguntarme si escuché algo la noche anterior. Les conté lo que vi y pregunté qué había pasado… mi vecina se tiró por la ventana anoche, cayó entre los arbustos donde vivían sus gatos y la encontraron a las 7 cuando la vecina del bajo abrió la ventana esta mañana. Al parecer habían llamado a mi vecino del cuco llevaba pero estaba de viaje desde el martes y el otro piso sirve de despacho de un abogado, así que me quedo como único testigo. Bajé para ir al bar y vi a la vecina del bajo llorando y a su marido diciendo que la escucharon discutir en el portal con un hombre con una voz que le resultaba familia. Mientras me tomaba los churros vi la mesa donde mi vecina solía jugar con sus amigas a las cartas todas las tardes. Cuando volví a casa ya habían retirado el cuerpo, debajo habían encontrado un cuchillo que tenían señalizado con una especie de banderita. Varios policías me cortaron el paso, esta vez estaban menos simpáticos, me informaron que mi vecina llamó anoche a una amiga diciendo que su vecino de enfrente le había amenazado por alimentar a esos gatos que ensuciaban el jardín. De repente soy el principal sospechoso. ¿Cómo me está pasando esto a mí? Intenté subir a mi piso pero me cortaron el paso. Así me vi dentro de un coche de policía de camino a comisaría. Mientras veía mi vida pasar, recapitulaba lo que había pasado y de repente me di cuenta, por eso estaba encendida la luz del rellano cuando abrí la puerta. Yo no era el único vecino de enfrente que estuvo anoche en casa. Alguien había mentido. ¿Sabéis cuantas veces daba cuerda mi vecino a ese dichoso reloj? Una vez al día.