Bianca Chianti era la detective más conocida y a la vez misteriosa de toda la Toscana. Nadie sabía nada de su vida personal y era la mejor en un mundo de hombres. Era un enigma en si misma, pero era la mejor y todo el mundo sabía que resolvía sus casos sin excepción.
15 Abril 1446
El gran arquitecto Filippo Brunelleschi yacía en el suelo de la Catedral de Florencia, Se encontraba en el suelo, en un charco de sangre y bajo la gran Cúpula que él mismo había ideado y creado hacia unos años. Su mayor éxito arquitectónico que ahora observaba el cadáver de su creador.
La gente de la ciudad se encontraba alrededor del cuerpo sin vida del arquitecto, entre ellos se encontraban artistas como Lorenzo Ghiberti, Andrea Verrocchio, Donatello o Alberti entre otros personajes ilustres de la ciudad. Todos hablaban entre ellos y cada uno pensaba que el otro era el sospechoso, pero nadie decía nada y se preguntaban quién podía tener motivos para asesinar de esa manera al gran Brunelleschi. Todos sospechaban pero nadie tenía la respuesta.
En un momento dado la puerta de la Catedral de Santa Maria dei Fiore se abrió, una corriente de aire fresco entro al interior y pocos segundos después entro la enigmática figura que todo el mundo reconocía, Bianca Chianti.
De pronto todos guardaron silencio, sabían que cualquier cosa que ella pudiera escuchar podría ser sospechoso de ser el culpable y ella era letal con su presa, era como un águila cazando y cuando tenía una presa no la dejaba escapar . Todos tenían secretos y pecados que guardar y preferían no relacionarse con ella ni que estos salieron a la luz.
La mirada de Bianca con sus ojos verdes oliva y la mirada de Donatello se cruzaron. Ella se detuvo un instante y luego cruzo la mirada con Alberti. Ambos sintieron como aquella mirada les penetraba e intentaba averiguar cosas de ellos, se quedaron helados. Se sintieron sospechosos, pero toda esa escena era vista por alguien que se encontraba cerca de ellos, camuflado entre la multitud.
Bianca Chianti camino hacía el cadáver de Brunelleschi y le situó sus manos sobre el pecho del artista que estaba empapado de sangre. Cerro los ojos y así se mantuvo durante unos minutos mientras a su alrededor todos la contemplaban en silencio. Nadie se atrevió a decir nada. Sabían como trabajaba y mucha gente decía que Bianca era una bruja o que tenía contacto con los no vivos. Todo el mundo la respetaba y a la vez la temía.
Pasados unos minutos Bianca se levanto. Miro a su alrededor y se marcho. Sus pasos resonaron por toda la Catedral y todos la observaban sin atrever a decir nada. Bianca Chianti abrió la puerta de madera y se marcho bajo la lluvia que empezaba a caer en la ciudad.
Dentro nadie dijo nada. Todos miraron el cadáver y se preguntaron que podría haber averiguado aquella enigmática mujer. Bianca Chianti tenía un nuevo caso.