CAMPOSANTO
Eva Iglesias Rodríguez | Purrusalda

A las tres de la mañana el despertador sacó al inspector con un grito de la pesadilla en la que cada noche lo sumergía el caso que no había conseguido resolver: tres hombres arrinconaban a una chica contra una pared. La atmósfera, más lúgubre de lo habitual, presagiaba un oscuro desenlace.
A las tres y media cogió el crucifijo que había desterrado y, con él, todo lo que había dejado enterrado durante años. Salió del hotel hacia el cementerio de la aldea gallega. El recuerdo de su abuela contando leyendas de la Santa Compaña, la comitiva de ánimas que vagaba por los caminos en busca de vivos que portaran su estandarte hasta morir desfallecidos por el cansancio, le acompañó serpenteando la carretera.
A las cuatro de la mañana cruzó el umbral del cementerio. El set de rodaje del programa «Periodistas tras la pista» estaba listo. Era la primera vez que participaba en una entrevista en televisión.
¡Quince minutos para comenzar! vociferó alguien del equipo técnico. Se sentó frente a los tres individuos que aguardaban en el plató improvisado en un mausoleo. Los focos alumbraban sus cuerpos. Sus caras ocultas. Conseguir su presencia en el programa después de cinco años de investigaciones no había sido fácil. Ni barato.
En frente estaría él, el inspector a cargo del caso. Su cara tampoco estaría visible. Serían como cuerpos decapitados. En medio, debajo de un gran foco el presentador. Su cara ocultaba desolación cuando el director gritó « ¡3, 2, 1… en el aire!»
Buenas noches, hoy en «Periodistas tras la pista» analizaremos el caso de la joven Érica Brey, desaparecida en extrañas circunstancias en las inmediaciones de este cementerio de A Laxa. Entrevistaremos a las tres últimas personas que la vieron con vida, en contra de las cuales, nunca se encontraron pruebas suficientes para su imputación. Recordemos que Érica nunca fue vista de nuevo, viva o muerta, cuestión que ha dificultado a los investigadores la resolución del caso. Hoy, en «Periodistas tras la pista», arrojaremos luz sobre el oscuro caso que ha mantenido en vilo a este pueblo durante todos estos años. Brais Brey en antena. Empezamos.
El inspector se percató de cómo Brais soltó un suspiró hondo. En cinco minutos entrevistaría a los sospechosos de la desaparición de su hermana. El inspector esperaba obtener algún indicio o contradicción en las versiones de los entrevistados.
¡Apagad las farolas de la entrada para que no rompan la atmósfera!Voceó el director.
Están…apagadasdudó el técnico de iluminación a cargo de la tarea dirigiendo la mirada hacia la entrada.
El inspector, atento a cada detalle volteó para ver la entrada, donde una luz cada vez más nítida, se aproximaba. Los integrantes del equipo, comenzaron a girarse para ver de qué se trataba. La mueca en el oculto rostro del inspector quedó registrada en las cámaras que seguían grabando.
La procesión de ánimas se adentró en el cementerio. Al frente, una joven huesuda y con los ojos socavados encabezaba la comitiva estandarte en mano.