Ya nada sera igual, pensaba mientras observaba por la ventana de aquel lujoso hotel.
La altura de la habitación era elevada, pero aún así podía distinguir a los niños corriendo y a un par de enamorados sentados enfrente , en el parque , nada extraño.
Entonces me di la vuelta y la mire , allí estaba ella , con su tez blanquecina , semidesnuda y el carmín dibujando lujuria por su mejilla.
Pudo haber sido de otra manera , pero a veces el destino se envuelve de una manera caprichosa
Sólo una noche a la semana , algo divertido , sin muchos matices , pero en todo caso , ni una palabra de todo aquello.
Entonces, paso lo que esperaba , recibí la llamada por la que quería salir de allí.
Mire el móvil , y por un instante pensé en contestar , pero no estaba para muchas palabras en aquel momento.
Deje el móvil en la mesita y de nuevo me acerque a la cama.
Me senté junto a ella y toque su pelo rubio y rizado, pasaron mil pensamientos por mi cabeza en aquel instante.
Una vez más , y a pesar de que me prometí no volver a hacerlo , no pude contener la necesidad de tocar su piel nuevamente .
Suave y delicadamente , deslice mi mano sobre su hombro , como si fuera una gota de lluvia que se desliza lentamente por el cristal de la ventana
Pero me detuve XX, no pude continuar .No hay duda en el camino , cuando ya no hay justicia
Me levanté y fui al mueble bar , cogí una botella pequeña de escoces y la volque en un vaso , sin hielo , se que así no es igual , pero ahora mismo, eso no me importa.
Me disponía a beber y entonces, escuché su voz delicada : » donde vas ?»
«Ahora necesito discreción , sin más , solo silencio , ninguna palabra » conteste con voz firme y susurrante.
Entonces pegue el trago de aquel licor que tenía en las manos.
Paseo por mi garganta más suave de lo que paseo por mi cabeza la conciencia .
Entonces me giré y la mire fijamente: » deberias estar muerta», le dije.
Se puso a llorar , y entre lágrimas consiguió decir: «lo se , pero sabes que no es mi culpa»
«viniste muerta,yo solo te resucito una vez a la semana y ahora debes volver de dónde viniste», le respondí.
Me acerqué a la puerta , giré el pomo y con la luz entrando tibiamente , la mire y le dije:
«Me voy y cuando vuelva espero que no estés»
Entonces pegue el último trago , dejé el vaso en la mesa , abri la puerta y simplemente me fui.
Camine lentamente por el pasillo , sin mirar atras . Llame al ascensor , y espere unas segundos ,que me transportaron hacia otro momento ,pero ya no había marcha atrás .