El centro de lavado del Centro Comercial tiene las cuatro lavadoras ocupadas. Pepe decide hacer tiempo a que acabe alguna de ellas y mientras, se toma un café en la cafetería que hay enfrente.
Transcurren 15 minutos y decide ir a ver si hay alguna libre. Hay una desocupada y las secadoras no cesan de girar. En ese local ahora no hay nadie más que él. Se acerca a la lavadora. Debajo del tambor hay escrito en letras grandes 20Kg. Pepe abre la puerta y ve dentro una cartulina atada por una cuerda a una llave de seguridad. Pepe mira hacia atrás, hacia los lados y se pregunta:
-¿Quién demonios ha dejado una llave aquí?… Seguro que, se ha soltado de algún bolsillo de la ropa de la última persona que lavó.
Pepe coge la llave. La cartulina está seca, hay algo escrito en ella y la lee:
“Una llave abre o cierra una cerradura. Busca debajo de la Plaza Mayor y una puerta se abrirá…”
Pepe no entiende bien ese mensaje y piensa:
-¿Llave, Plaza Mayor, debajo?
A los dos minutos de reflexión tiene una idea:
-Si debajo de la Plaza Mayor hay un parquin. Pues, tal vez la puerta que se abra esté en ese parquin.
Se acaban los ciclos de secado y van viniendo a recoger la ropa. Pepe les va preguntando a cada uno que llega:
-Hola, ¿Ha utilizado la lavadora número uno? Me he encontrado una llave dentro.
Nadie la ha utilizado y decide averiguar él solo ese misterio. Termina de lavar su ropa y marcha hacia la Plaza Mayor.
Entra por la entrada al parquin de la Calle Mayor y aparca el coche. Decide averiguar que puerta es la que se abre. ¿Qué misterio aguardará tras esa cerradura desconocida?
Antes tiene que ir al lavabo que está cerca. La puerta se abre acercando el ticket al lector óptico de la cerradura. Lo aproxima y la puerta se descerraja. Dentro hay varios urinarios independientes. Entra en el primero y orina. Al salir, ve una puerta cerrada en el lado izquierdo, la mira y se pregunta:
-¿Será esta puerta la qué abra la llave?
Pepe se acerca y mueve el pomo, la puerta está bien cerrada y la cerradura parece segura. Introduce su mano en la chaqueta y extrae la llave. Acerca la llave al bombín. Está nervioso y no atina a introducirla. Al final, lo consigue. Intenta girarla y, el cerrojo se desenclava, es esa puerta. Toma la maneta de la puerta y en el momento que la gira, alguien abre la puerta de entrada y a la vez que se abre esa puerta de entrada al lavabo, se abre la puerta misteriosa y, súbitamente, una mujer rígida como una tabla y fría como el hielo, cae sobre él. Al parecer estaba apoyada en la puerta. Pepe se gira hacia atrás mientras soporta el peso del cadáver y ve a un policía nacional que acaba de entrar a hacer sus necesidades.