‘-Marta, el crimen perfecto no existe
-Javi, llevamos 6 meses con el caso y no encontramos nada.
Mantienen la misma conversación durante meses.
Benitagla es un pueblo pequeño, tiene 53 habitantes. La comisaria de pueblo solo trabajan Marta y Javi, lo más curioso que habían visto fue cuando tuvieron que multar al Alcalde por aparcar en zona de minusválido.
Los dos policías se ven abrumados por la situación, han pedido refuerzos en Almería capital pero no les llega.
Repasan una y otra vez la escena, a ver si se les escapa algo. Día 17 de enero, son las fiestas de san Antón, vienen muchas personas de los pueblos colindantes, hay alegría, diversión, bailes…. La gente espera con fuerzas las hogueras de la noche, nadie espera que este pueblo sufra su peor acontecimiento.
Muchos pelegrinos vienen de hacer la ruta del Cerro de Montegud, una gran caminata. Tienen todo completo, no cabe ni un alfiler.
Empiezan a caer las primeras estrellas de la noche, los primeros fuegos se van encendiendo para ir avivando hasta formar las hogueras. A media noche, donde la gente está riendo, saltando… aparece un excursionista – su apariencia con ropa de montaña lo distingue- dando tumbos en la plaza del pueblo, nadie se percata de él hasta que cae desplomado en una de las hogueras. Se escuchan gritos, se ve la gente correr, pedir ayuda, sacan entre varias personas del cuerpo de fuego pero ya es tarde, al darle la vuelta esta empapado de sangre, tiene 5 puñaladas repartidas por el cuerpo.
Aparecen Marta y Javi rápido, están disfrutando de la fiesta y en un cerrar de ojos lo están movilizando todo para que todo vuelva a la normalidad.
Pasan los días y el pueblo sigue en shock, todos se conocen y nadie cree que haya sido alguien del pueblo. El fallecido se dice que es del pueblo colindante –Benizalón- nadie lo conoce.
Una investigación contundente no deja ver ningún hilo de sospecha. Solo consiguen averiguar que se llama Pablo Martin Escanez. Sus padres murieron hace 10 años, no tiene mas familiares. Estuvo dando saltos en muchas casas de acogida. La autopsia solo determina que murió desangrado y que sufrió unos días antes torturas, le habían cortado los dedos de los pies y le habían quitado todos los dientes uno a uno.
Los policías no encontraron ningún rastro de ADN en toda la ropa que llevaba. En Benizalón nadie lo conocía, solo de vista. Lo único que sacaron en claro es que era una persona muy solitaria y callada.
Habían encontrado un hombre que murió en el fuego, nadie lo conocía, sin familiares, sin huellas. Pero con muchas preguntas sin resolver
¿ Será que existe el crimen perfecto? ¿Habrá personas que se escapen de sus delitos?
Los Agentes han descubierto que hasta día de hoy sigue suelto el asesino.