CRIMEN Y RENIEGO DE LAS TID-LLIZAS
Loveth Nkechiyere López Ibe | Velvel

Los Nishimura somos una familia asiática compuesta por siete miembros: la abuela, el abuelo, mi padre, mi madre, mis dos hermanas trillizas, Aiko y Masako; y yo, Azumi. Vivíamos en un bosque, al oeste del país, y siempre fuimos muy tradicionales y religiosos. Hace poco, alguien robó el qipao turquesa que guardaba mi madre como herencia, en el desván, dentro de una vitrina. Ese qipao había pasado por todas las mujeres herederas de la familia y ahora le tocaba a una de nosotras. Mamá decidió dársela a Aiko, que fue la primera en nacer, pero Masako siempre tuvo celos de Aiko ya que, al ser la última en nacer, nunca le prestaron tanta atención como a Aiko y a mí. Además, no recibir la bendición del qipao significaba tener mala suerte en el amor.

Acaba de venir la policía a interrogarnos y Aiko actúa de manera sospechosa. Después del interrogatorio, los polis examinan la casa en busca de pruebas.
¡Tss! ¡Tss! ¡Azumi, ven aquí!
Me percato que es mi abuelo quien me llama y acudo a su llamada:
¿Qué sucede?- le digo.
Shh, habla más bajito.- dice susurrando.- ¿No te parece que Aiko está rara últimamente?
Creo que oculta algo.
¿Podrías hacerme un favor?- pregunta serio.- Me gustaría que vigilases a Aiko por las noches. Cuando me levanto de madrugada a revisar vuestra habitación, nunca está.
Vale abuelo, cuenta conmigo.
Gracias pequeña, ten cuidado.- se despide.
Enseguida la policía nos reclama urgente:
Señor y señora Nishimura, hemos encontrado algo. Tenéis suerte que la evidencia sea un gorro. Nos lo llevaremos para hacer una prueba de ADN. Les vamos avisando, gracias por cooperar.

Por la noche escucho ruidos y recuerdo el favor del abuelo. Me levanto de la cama y no veo ni a Aiko ni a Masako durmiendo conmigo. Me voy de la habitación y me dejo guiar por las voces. Salgo de casa y veo a Aiko hablando con alguien:
Keitaro, por favor, huye de aquí.
Te amo Aiko, no puedo abandonarte.
Por favor, Kei. ¡Encontraron tu gorro!
Está bien; huiré. Pero volveré cuando la situación se calme.- dijo mientras se iba corriendo.
¡Te amo!- se despide mi hermana.
¡Yo también te amo!- apareció mi otra hermana de las sombras y la apuñaló por la espalda.
Yo estaba pálida, y sin querer solté un gemido.
¿Azumi?- se dió la vuelta- No te preocupes, seguimos siendo tres, no se nota la diferencia. Aiko era impura y no merecía heredar el qipao.
¡No la escuches!- gritó Masako- Azumi, soy yo Masako. La otra que vive en mí es Chihiro. Ella fue quien se aprovechó del novio de Aiko y la mató.
¿Qué está pasando?- digo entre lágrimas.
Azumi, tengo dos personalidades distintas dentro de mí, pero tranquila, ya no va ser una molestia; ya no aguanto más. Azumi- repite- lo siento…

Suenan sirenas alrededor de la casa. El abuelo lo vio todo y enseguida llamó a la ambulancia, pero en mi cabeza solo sonaban las últimas palabras de mis hermanas:
Te amo…. Lo siento.