donde está mi pierrot
antonio rodríguez gil | mauricio babilonia

El pierrot fue donado el 18 de marzo de 2014 y eso quedaba concluyentemente atestiguado después de que Claudio Pompilio Quevedo colgara un tercer post, éste ya fulminante, en el que aparecía acompañado del entonces alcalde y de la teniente de alcalde rodeando la pieza que descansaba sobre una peana en el acto oficial de entrega y en cuyo pie de foto aparecía claramente sobreimpresa la fecha digitalizada (18 de marzo de 2014) que la misma cámara se encargó de sellar.

Las cosas se pusieron muy feas a raíz de ese último mandoble, que se hizo viral y dio pábulo a las más diversas interpretaciones: un acto de reivindicación personal, de deslealtad, de denuncia a tumba abierta, de despecho, de sibilina búsqueda de publicidad ante una carrera que ya languidecía, de primer síntoma de que la edad avanzada empezaba a hacer ya sus estragos y como un pretexto para ajustar alguna vieja cuenta pendiente con el mismo establishment artistico mancomunal que lo había aupado y al que ya de paso Claudio Pompilio Quevedo nunca le había hecho ascos.

Dio lugar a miles de visualizaciones, 242 likes y 68 comentarios donde alternaban chanzas, imprecaciones, conjeturas un tanto naifs y soflamas clamando contra la desvergüenza, la desidia o la inoperancia del consistorio.

Cualquiera que hubiera sido la intención y el trasfondo, la insinuación quedaba latente y suspendida en el aire como el tañido de una campana acusatoria: el pierrot había desaparecido, de los figurantes en la foto reveladora se sabía que uno de ellos (¡sin señalar!) era asiduo/a a inauguraciones y saraos artísticos, amén de coleccionista y aquí nadie se había molestado en hacer la más mínima aclaración al primer y al segundo post donde Claudio Pompilio Quevedo dejaba caer educada pero firmemente la extrañeza de que su pierrot donado el 18 de marzo de 2014 no apareciese cuando menos decorando alguna de las dependencias.

El missing perfecto, la carta robada. El pierrot. Claudio Pompilio Quevedo. 18 de marzo de 2014.

Pero 242 likes son combustible demasiado templado como para hacer un tercer ninguneo y en el consistorio, en paralelo al silencio socrático del sólo se que no se nada, ha empezado a haber mar de fondo, un run run sordo de cejas alzadas, de bis a bis en los recodos de los pasillos, de furgonetas con las luces apagadas que aparcan por la calle trasera en mitad de la madrugada y de sombras que se mueven de dependencia en dependencia a la luz de una linterna, hasta la mañana de lunes, fin de semana mediante, en que el portavoz ha anunciado en el mismo tercer post en que Claudio Pompilio Quevedo dejaba caer la incriminación que el asunto está resuelto, que el pierrot está (“¡ha estado siempre!”) sobre su peana decorando el vestíbulo del intendente a la vista de todo el mundo, que todo ha sido un malentendido, que, como la carta robada, lo evidente a veces es translúcido y que el asfaltado del perímetro del polideportivo sigue su buen curso.