EL CARTERO (rectificación)
Juan José Lozano Castilla | JJLOZANO

Veintidós días, tres asesinatos (dos mujeres y un hombre), ninguna relación aparente salvo que viven en el mismo barrio, este barrio, mi barrio…debo tranquilizarme, la serenidad ha sido siempre mi mejor aliada. Por más que reviso mis notas…nada.
Misma mesa, mismo restaurante, mi rincón preferido. Lejos del bullicio, aunque hoy miércoles tan solo cinco mesas, y en ellas doce comensales…tranquilos están los camareros.
Céntrate, Antonio, los años de experiencia deben valer para algo… este caso me incomoda…
–Buenas tardes, señor inspector, ¿ha mirado usted la carta? –me pregunta Víctor, mi camarero, siempre tan oportuno. Es buen chico, educado, pero algo torpe.
–Buenas tardes, Víctor, hoy me apetece sopa no tengo mucho apetito…y por cierto no sé cuántas veces he de decirte que no me llames inspector, aquí soy Antonio…a secas. –En ocasiones me saca de mis casillas, creo que lo hace a propósito.
–De acuerdo, señor.
Abro el portátil y busco el vídeo de las cámaras de seguridad. El mismo gesto. Una reverencia. La misma mascara. Sabe perfectamente donde están las cámaras. Conoce el barrio…¿me conocerá a mí?¿nos conocemos en persona?…seguro…
Los tres cuerpos encontrados sin síntomas de violencia o agresión sexual. Muertes limpias, sin sufrimiento aparente. Esto no va a poder conmigo…vuelvo a mirar el vídeo…primer asesinato chándal rojo, máscara de payaso, reverencia, y al lado del cuerpo de Cristina Pérez el as de corazones, y en el reverso un uno…segundo asesinato chándal negro, máscara de payaso, reverencia y al lado de Fermín Cifuentes el as de tréboles, en el reverso un dos…
–Aquí está la sopa, Antonio –Me vuelve a interrumpir, ¡joder! –¿le puedo hacer una pregunta señor?
–La acabas de hacer –Solo me falta esto…
–La gente del barrio está nerviosa, hay miedo, llevamos tres miércoles…hoy es miércoles señor…¿hay alguna novedad?
–No hay ninguna novedad y aunque la hubiera…lo entiendes.
–Si, señor, pero la gente…
Me miran. El resto de los comensales giran sus cabezas hacia mí, sus ojos escudriñan mi rostro en busca de esperanza. Ningún gesto. Tranquilo, sereno, pero con cierta rabia por dentro. Alguien está matando en el barrio en el que crecí, donde vivo…no me lo creo, a mis casi cuarenta años de servicio…uno me falta para jubilarme…un inspector con una reputación intachable…
–La gente debe entender como es mi trabajo…bastante presión tengo ya…gracias por la sopa.
–No hay de que, señor, a mandar.
Tercer asesinato…¡Joder como quema la sopa!…chándal rojo, puto payaso, reverencia y junto a Dolores Carrión el as de rombos con un tres en el reverso…hoy es miércoles.
Siento un ligero mareo. El murmullo no me deja pensar. La gente come…¿Qué murmullo?. Estoy sudando.
–Aquí le traigo su café, señor, como siempre…¿le retiro la sopa?
La prensa le llama el cartero, es del barrio y deja cartas…serán estúpidos.
–Antonio ¿se encuentra usted bien?
Me vendrá bien el café. No puedo levantarme. Cojo la servilleta para secarme el sudor. ¿Qué es esto?¿una broma? Bajo la servilleta as de picas…en el reverso un cuatro… Víctor da dos pasos atrás… y…una reverencia.