El detective García y ladrón demente.
Santiago Hernández Gómez | Xhanti

El detective García se encontraba investigando una serie de robos sin precedentes: alguien estaba robando la sabiduría de las personas, dejándolas con la inteligencia de un niño de tres años, mientras que el ladrón se hacía más inteligente y habilidoso en cualquier tema o habilidad que robaba. Desesperado por encontrar la pista que lo llevara al ladrón, el detective volvió a recorrer las pistas una y otra vez.
Finalmente, encontró una posible pista: un libro de conocimiento antiguo que había sido registrado en la biblioteca local hace varios meses. Al investigar el origen del libro, el detective se enteró de la leyenda urbana que rodeaba el libro, donde se contaba que era capaz de robar la sabiduría de cualquier persona que lo leyera.
Desesperado por encontrar cualquier pista, el detective decidió leer el libro. Al principio, todo parecía normal, pero después de leer varias páginas, una extraña sensación se apoderó de él, actuando sobre su inteligencia y habilidades. De hecho, cada vez se sentía menos capaz de combatir al ladrón.
Finalmente, el detective dejó el libro y escapó de la biblioteca. Había sido víctima del ladrón que robaba la sabiduría. Afortunadamente, logró mantener el uso mínimo de sus habilidades y recordó algo muy importante: en la contraportada del libro había un nombre.
Incapaz de hacer más, el detective escribió el nombre en un papel y lo entregó rapidamente a su equipo de investigadores antes de desmayarse.
Días después, el equipo de investigadores encontró al autor del libro, quién había sido chantajeado por el ladrón para crear un libro que pudiera almacenar la sabiduría de las personas. El anciano, asustado por las amenazas del ladrón, estuvo de acuerdo en escribir el libro. Sin embargo, nunca imaginó que el ladrón sería capaz de robar la sabiduría de las personas de esta manera.
El equipo de detectives logró encontrar al ladrón gracias al nombre proporcionado por el detective García . El ladrón resultó ser un hombre joven y ambicioso que había ideado el plan para conseguir sabiduría rápida sin tener que trabajar duro para conseguirla.
Finalmente, el equipo logró confiscar todos los objetos utilizados para robar sabiduría. El detective García nunca olvidó esa experiencia traumática y peligrosa. A partir de entonces, sabía que ninguna pista valía su sabiduría y habilidades, y aprendió que algunas pistas podrían ser demasiado peligrosas para seguir.