EL EDIFICIO DE ENFRENTE
CARLOTA AGRA NAVASQUILLO | CARLOTA

Noche fría desde un apartamento de Londres, Michael, un hombre de unos 65 años, retirado, alto y delgado, había ejercido su profesión de investigador privado durante treinta y cinco años, se había quedado viudo hacía dos y solo tenía una hija que residía en EE.UU y a la que solo veía en fechas señaladas.
Al fallecimento de su mujer, Michael decidió mudarse a un octavo piso en un barrio apartado del bullicio del centro, tranquilo y lo más importante más barato. Le gustaba leer, el cine, pasear y de vez en cuando entablaba alguna conversación con sus nuevos vecinos, cada noche miraba a través de su ventana para contemplar los movimientos del barrio pero, llevaba días observando un apartamento del edificio de enfrente, en el que vivía una mujer joven, de nombre Helen, morena que desprendía una gran belleza exótica, al frente, una mesita de madera y una lámpara con luz tenue encendida. Michael se percató de que cada noche la joven recibía visitas de hombres con diferentes aspectos y a los que atendía de una manera más bien sexy colocándose extravagantes pelucas, lencerías e intuyendo altos tacones. Algo llamaba extremadamente la atención de Michael, dos o tres días a la semana, en ausencia de Helen, otra mujer bajita, rubia, con abundantes rizos se introducía en el apartamento de su vecina dónde utilizaba las estacias de la casa a su antojo usando sus ropas, pelucas, maquillajes como si de la propia dueña se tratase.
Unos quince días después, una mañana fría y soleada, Michael llegaba a su casa después de comprar cigarrillos y una barra de pan observando que unos policías se encontraban delante del portal hablando con unos cuántos vecinos sobre algo que él no se podía imaginar. Helen había sido encontrada muerta con diferentes y múltiples puñaladas en un barranco a las afueras de la ciudad, al saber de que iban lois hechos, Michael decidió colaborar con la investigación detallando las extrañas visitas que Helen recibía y que él había observado desde su ventana. El equipo policial tomó muestras de las diferentes huellas que se encontraron en la vivienda de nuestra víctima para así poder compararlas con las de el arma homicida que sustrayeron enterrada a unos metros de la escena del crimen. La policía en colaboración con Michael continuó con la investigación hasta que esclarecieron los hechos, Helen era una trabajadora sexual y dejaba la llave de su apartamento con total confianza a su compañera y nueva mejor amiga Lucy, ésta había tenido antecedentes por agrasión y no soportaba que Helen tuviera más éxito, más clientes y obtuviera más ingresos que ella. El equipo policial después de cotejar las huellas y obtener las pruebas suficientes procedieron a la detención de Lucy. Michael, en ocasiones seguía mirando a través de su ventana esperando verla.