El Faro
Rafael Ochoa Manzanedo | León O'Ryan

Al fin dí con el nombre del  asesino de Ana gracias a que esta antes de morir marcó el apodo de este en una sopa de letras.
Siempre supe que era él.
Este consiguió que me  tratarán de loca y logró que me  encerraran en un centro de salud mental.

Logré escapar del centro y llegué al faro en una pequeña barca. Allí me  esperaba sonriendo como siempre hacia cuando me veía.
Este si que estaba loco de remate.

-Te estaba esperando, Nadia.
-Sabia que eras tú. ¿Porqué?.
-Siempre has sido mejor que  yo en nuestro trabajo, todo el mundo te admira.
-¿ Y por eso tenías que matar a Ana?.
-Sabes muy bien que yo la quería y conseguiste que se fijará en ti en vez de mi. Hice lo mejor para los dos, sino era mia tampoco tuya.
-¡Estás loco!.
Este  me disparó en una pierna , luego en el pecho y después otro disparo en la barriga.
Caí al suelo desangrando, mientras esté huyó con la barca hacia una isla lejos de allí.
Al rato llegó un helicóptero con atención médica….
6 semanas antes…
-Me marcho a casa. Si necesitas ayuda me puedo quedar. Le dije yo
-No te preocupes, ya me queda poco.
Muchas gracias. Me respondió Ana
Cogí mi bolso y salí de la biblioteca.

Ana cogió unas escaleras que tenía a mano y subió hasta el último peldaño para colocar unos libros, en ese instante la escalera falló y esta cayó al suelo. Alguien se acercó a ella y le cortó el cuello.

Al día siguiente llegué a la biblioteca y  allí estaba la guardia civil, habían asesinado a mi compañera y amiga Ana.
Chema nuestro compañero estaba en una silla sentado cabizbajo, estaba destrozado.
-Encontraran a su asesino. Me decía yo a Chema
-¿Tu crees?. Me preguntaba él
-Estoy segura.
Mientras Chema declaraba ante la guardia civil yo eschaba un vistazo a las sopas de letras que Ana y yo hacíamos en nuestros ratos libres.
Ahí me di cuenta de que el asesino de Ana estaba más cerca de lo que pensaba.
La guardia civil se marchó después de tomarme declaración a mi, nos dijeron que era todo muy raro y que iban a dejar el caso de un lado por qué era muy complicado todo. Comencé a obsesionarme con el asesinato y comencé a investigar por mi cuenta llegando a un punto en que el asesino consiguió que me volviera loca y me tuvieron que encerrar en un centro de psiquiatría. Un día de esos estuve haciendo sopas de letras y sin pensarlo dos veces decidí escapar del centro, fui hacia la biblioteca donde había trabajado estos últimos meses. Allí estaba marcado el nombre del asesino.
Estuve un rato dando vuelta a la cabeza de donde podría estar , seguro que estaba apunto de huir. Un día me comentó que el pescaba mucho con su barca cerca del faro y allí estaba él, esperándome como si nunca hubiera ocurrido nada.
Aquella tarde acabó como una historia mal contada, los buenos mueren y los malos huyen.