EL HOMBRE PERSEGUIDO POR SU SOMBRA
Jesús Castillón Motta | Armando Guerra

Intentaba escapar de noche y de día, pero, ya fuese bajo la luz del sol o de la luna, allí estaba ella, siguiéndolo como un eco visual. Corría por las calles de la ciudad, le faltaba el aliento y la angustia inundaba su estado de ánimo. Sin saber ya adónde huir, subió a un alto edificio y, desesperado, se lanzó al vacío. Mientras caía, miró hacia atrás y sonrió, pues ya no le seguía. Había conseguido dejarla atrás. Pero al volver la vista al frente y ver el suelo cada vez más próximo, vio horrorizado cómo su sombra se acercaba a él a gran velocidad hasta alcanzarlo en el impacto final.