Cada cierto tiempo me llegaban rumores sobre H, historias de triste final que resultaban del todo creíbles con su estilo de vida. Recuerdo la cantinela que habitualmente le repetía y que ahora toma dolorosa forma; -Deja esta vida, lo vas a pagar caro, nada de lo que esto te pueda aportar, compensa las consecuencias. Daba igual, no quería y no podía, tampoco tenia, decía, gran interés en vivir sin ello. Llevaba cuatro semanas sin saber de él, empecé a temer lo peor, todavía conservaba un juego de llaves de su casa. Camino de su casa con el corazón en un puño, los recuerdos me asaltaron, lo cierto es que no pude registrar un momento, en el que el de un modo u otro no estuviera con aquello que le habría de costar la vida. Con los ojos ya encharcados metí mi llave en la cerradura, no fue el hedor de la muerte como esperaba el que me recibió al entrar, sino el prohibido olor a libro viejo.
El ministerio del pensamiento único había prohibido hacia años la edición de libros no supervisados por el Comité, y había ordenado la destrucción de prácticamente todos los ejemplares de toda la historia de la literatura. La lista de libros autorizada era muy restringida, este año sin ir mas lejos solo se ha permitido la edición de dos libros, uno de Paulo Coelho y otro de de una tertuliana del corazón .Lo que se encontró escondido bajo las falsas baldosas le condeno directamente a muerte, Kafka, Bruno Schulz, Borges, Bolaño, Homero, Kundera, Walser Sheakspeare, Italo Calvino, Dino Buzzati, Antonio Fernandez Molina, Garcia Marquez, Bradbury, Cervantes, Zweig, Virgilio, Cortázar Edgar Allan Poe y un sinfín de autores prohibidos. En el centro del salón una T mayúscula en Times new roman hacia las veces de cruz, afiladas lágrimas de acero, dos en cada mano, perforaban la piel y fijaban el cuerpo al siniestro madero, quedando literalmente, crucificado entre comillas.
Como escarnio final, el comité no se ahorro la crueldad de encargar las exequias al insigne Paulo Coelho.
Pese a llevar apartado del cuerpo varios años por apertura de mis razonamientos para el modelo único, sabía bien cómo se desarrollaría la farsa investigación y como una supuesta célula de bibliófilos extranjeros, cargarían las culpas del asesinato gubernamental, tomando como prueba irrefutable, los tweets de encendidas críticas a Coelho que varios de los miembros de la «célula» solían postear en sus respectivos perfiles
Mi pobre amigo, desdichado letraherido