El mayordomo no es el asesino
Rubén Marín A. | Clarissa Miller

Señor director, leo su periódico informaciones sobre una exposición en torno a la visita que el autor de El viejo y el mar realizó a nuestra región en 1956, pero no fue el único ni el primero. En 1951 visitó nuestra tierra la escritora inglesa Agatha Christie, gran aficionada a los vinos de Oporto, motivo inicial de su viaje a la península. El regreso se le complicó y ello hizo que pasara por nuestra tierra camino del Cantábrico, donde un ferry la devolvería a casa. La dama inglesa disfrutó de una velada propia de sus novelas en la bodega de unos amigos de Mr. y Mrs. Streetgreen, comerciantes de licores y espirituosos que la acompañaban en su viaje. Mi padre fue testigo de aquella visita, ya que trabajaba de mozo de almacén, pero era el único que sabía algo de inglés ya que, tras hacer el servicio militar, se unió a la marina mercante. Así que lo ataviaron con la vestimenta del servicio de la casa de la familia propietaria y, al acabar la visita, sirvió un aperitivo a Mrs. Christie y su esposo, a sus acompañantes –el orondo Hughes T. Streetgreen y su esposa- y a sus jefes. Después de descorchar una botella de vino de 1930 –año del matrimonio de la escritora con Max Mallowan-, mientras ellos se disponían a brindar, mi padre empezó a cortar los embutidos, pero un apagón y un grito sobresaltó a los comensales en la oscuridad. Al volver la luz a la estancia sir Streetgreen yacía muerto y mi padre portaba el cuchillo ensangrentado. Todos miraron primero al finado, luego a mi padre y, finalmente, a Agatha Christie reclamándole una explicación: «Amigos –mi padre nos repitió en infinidad de ocasiones las palabras de Mrs. Christie-, si se fijan, el que sangra es el dedo del chico, no Hughes. El grito ha sido suyo al cortarse. ¡Qué apagón más oportuno! Nuestro querido amigo tuvo la delicadeza de brindar con nosotros un instante antes de que su corazón parara exhausto», la escritora tomó su copa, la apuró y añadió con ironía: «El mayordomo, esta vez, no es el asesino».