No sé si recordaréis aquel caso de los asesinatos cometidos de la misma forma que se sucedieron durante varios años a pesar de haber muerto el que se consideró el autor del primero de ellos. Se dieron tantos detalles de ese primer homicidio que rápidamente le salieron imitadores.
Detenían al imitador, pero no cesaban de sucederse los asesinatos similares acometidos por nuevos fanáticos.
El método de matar poco a poco evolucionó con la personalidad de quienes cogían el testigo, hasta parecer algo distinto. Cada singularidad fue fundamental para atrapar a cada plagiador.
Al final con los años se tomó la decisión desde el departamento de policía de dejar de considerar los nuevos casos como copias del original, se había desvirtuado tanto el patrón, que se estudiaban aislados.
Aunque nunca se descartó la posibilidad de que alguien volviera a actuar imitando al original, Caín.