El oscuro presagio
Rebeca Pérez Campo | Unicornio soñador

La oscuridad ceñia la ciudad de Viterbent. Llovía a cántaros y tronaba sin parar. Por las calles no se veía ni un alma. Sólo un vagabundo rastreaba la basura en busca de algo de comida. Pronto encontró una gran maleta y al ir a abrirla’ encontró una mujer de cabellos dorados doblada inconsciente dentro de ella. Se sorprendió tanto que no sabía que hacer pero pronto acudió a la comisaría más cercana a declarar lonqu había visto. Rápidamente los oficiales mandaron una patrulla al lugar de los hechos y una ambulancia que consiguió llevar al hospital a tiempo a dicha mujer y salvarla aunque no despertaba del coma profundo en el que se encontraba inmersa así que no podía prestsr declaración alguna. Pronto rastrearon la zona en busca de pistar y al llover’ se dieron cuenta del que el agua había borrado el rastro de huella alguna por lo que no podían descubrir quién había sido el agresor. La mujer tampoco despertaba así que no había manera de resolver el crimen. Pronto descubrieron que la mujer se trataba de una rica heredera que vivía en una gran mansión desde hacía muy poco tiempo ya que no hacía mucho que había heredado toda su fortuna. Uno a uno los policías fueron tomando declaración a todas las personas que rodeaban a dicha mujer’ desde los mayordomos y criados hasta el mismo chófer de la señora pero al parecer ninguno sabía nada al respecto. Resulta que la mujer heredó toda la fortuna de su abuela materna y al parecer era la única descendiente viva de esta pero pronto algo inusual iba a sorprender a todos. Resulta que la mujer no era la única desdendiente viva de la familia si no que había un nieto bastardo no reconocido que vivía en el extranjero y que actualmente se encontraba de vacaciones en dicha ciudad junto a su familia. Tenía mujer y dos hijos pequeños. El decía que no conocía a dicha señora y que nunca había oído hablar antes de su abuela difunta pero al parecer algo no cuadraba en su historia aunque por más que la policía investigaba no conseguía esclarecer los hechos. Todos habían declarado y ninguno parecía sospechoso del crimen. ¿Quizás faltaba alguien por declarar? Justo cuando se les agotaban todas las pistas’ la mujer tendida en el hospital despertó y pudo declarar algo que recordaba aunque algo borroso. Ella dijo que una mujer muy agradable había llegado a su nuevo barrio residencial y que le había invitado a un postre casero que ella misma dijo que había cocinado. Al ser tan amable no dudo y lo probó y ya no recuerda nada más de lo que sucedió después ni el porque acabo en dicha maleta metida horas despues. La policía investigo el supuesto nombre de la mujer y no existía nadie con ese pseudónimo en la ciudad ni mucho menos que viviese allí pero gracias a dicha descripción’supo que era la mujer del nieto bastardo y pudieron hacer justicia al fin.