En el año 5014 tres androides terrícolas decidieron realizar un viaje vacacional al cercano planeta Edinm.
Se trataba de un viaje en cohete compartido con estancia de seis días y cinco noches en el turístico planeta, situado en el mismo brazo de la Vía Lactea que La Tierra.
Los tres amigos salieron rumbo a Edinm desde el cohete llamado Dinosaurio que despegó de la Estación Espacial Interplanetaria, sintiendo un poco de miedo en sus engranajes pues el lanzamiento era de bajo coste, pero a la vez contestos por la aventura que se extendía ante ellos .
Avanzando por el espacio miraron, a través de las ventanucas del cohete, la fracción del Universo que se extendía a su alrededor, sin imaginarse que vivirían una experiencia que afectaría a su pobre conciencia mecánica.
Cuando Dinosaurio tomó tierra en Edinm, los tres androides se sorprendieron de la cantidad de visitantes que habían decidido realizar el mismo viaje y se preguntaron si tal coincidencia se debía al buen tiempo que se suponía reinaba en el astro o bien a que el viaje se había promocionado a muy bajo coste.
A los pocos minutos tuvieron que ponerse en una de las innumerables colas que tendrían que hacer a lo largo de los seis días de estancia y ya comenzaron a chirriar sus tuercas. Y cuando después de una larga espera, entraron en un recinto, resultó que lo que vieron no se acercaba ni mucho menos a sus expectativas y no entendían a la muchedumbre, que como ellos, había aguardado su turno bajo una incómoda llovizna.
Aprendieron los androides la lección: Su programa mental era poco sagaz y bastante imitativo.
Decidieron posteriormente realizar un Tour para ir a visitar las reservas de vegetales existentes en el planeta y aunque esta vez el lugar tenía su interés pues observaron plantas que jamás habían visto, tuvieron la mala experiencia de perderse uno de ellos entre las exuberantes hojas y de nuevo transitar un mal rato hasta su reencuentro.
Los días pasaron menos alegres de lo proyectado, debido a las dosis de espera que cualquier simple actividad demandaba.
Por los engranajes cerebrales de los androides atravesaron pensamientos como que hubiese sido mejor meterse en una urna y ver una buena película de realidad virtual.
Como colofón final a su vuelta, los tres amigos sintieron además fuertes turbulencias en el aparato y viajaron agarrados a los estrechos asientos del viejo cohete. Cuando por fin llegaron a la Tierra apenas podían levantarse por habérseles herniado sus discos mecánicos discales.
Tardaron más de un año en volver a encontrarse, pues esta experiencia les había resultado espeluznante, por lo que dejaron de llamarse por temor a desequilibrarse.
También pasó tiempo en realizar otro viaje, incluso por separado, pues el recuerdo de éste los ponía muy estresados.
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