EL PRECIO DE LA VERDAD
Marisol Agulles Guaita | Mimarsol

Llega la noche, oscura como una tumba sellada, el viento frío azota las calles de una pequeña ciudad. Silencio. Se puede sentir la tensión en el aire.

En medio de esta atmósfera, se escuchan los tacones de Margaret Lamucca, una mujer alta, de hermosas facciones, envuelta en su abrigo y con un sombrero que cubre su cabeza gacha, como si llevara una carga sobre sus hombros. Una flor morada aparece todas las noches en su mente, recordándole su último fracaso.

Se dirige a la ubicación que le han indicado en una llamada urgente de comisaría, un prestigioso doctor ha sido asesinado en su mansión. Silencio. Llega a la casa, entra y observa una escena que confirma la gravedad del caso, un calambre le recorre el cuerpo como si una mano fría apretara su espalda. Descubre el cuerpo, con una posición que le desconcierta y a su alrededor manchas de tinta morada simulando pétalos. La inspectora siente que la flor, con la que sueña cada noche, ha cobrado vida, tratando de comunicarle algo aterrador.

A su alrededor, una casa llena de testigos, todos con diferentes historias sobre lo que ha sucedido, pero ninguna parece encajar. Esto aumenta el misterio en el caso. Esas manchas ¿Qué significan? Margaret no puede quitárselo de la cabeza, la tensión aumenta y la tormenta llega.
La inspectora observa a través de la ventana las gotas que caen como lágrimas en la ciudad, un extraño presentimiento la empuja a salir. Y es ahí, bajo la luz parpadeante de las farolas, cuando una sombra capta su atención. Se acerca y en su lugar encuentra una carta. La lee mientras las palabras se desvanecen con cada gota de lluvia, cada sílaba resuena en su cabeza «La flor morada es el precio de la verdad». Silencio.

¿Podría estar relacionado con el caso anterior? Un bebé fue raptado y en su lugar apareció una flor morada en la cuna donde se encontraba. Siente que la carta es como un faro guiándola hacia una nueva pista: La flor morada, un enigmático símbolo asociado con el mundo sobrenatural. Necesita encontrar respuestas.

Lamucca vuelve a la mansión y busca página tras página en los archivos del despacho del doctor, descubre un diario lleno de anotaciones y recetas antiguas para la elaboración de medicamentos. Y allí, en una página marcada con un símbolo extraño, encuentra la clave para desentrañar el misterio. Investiga y descubre que se trata de una marca utilizada en un ritual peligroso, en el que se podía prolongar su existencia a cambio (a costa) de la vida de otra persona recién nacida.
Al fin comprende la verdad. El doctor ha sido envenenado por su propia poción, que contenía los peligrosos pétalos de flor morada y el corazón del bebe que él había raptado . Con el cierre del caso, la ciudad se llena de alivio al descubrir la verdad y la inspectora podrá dormir tranquila el resto de días. Todo vuelve a la tranquilidad, cerrándose como una cremallera invisible.