El inspector Samuel acude a comisaria de forma urgente. Su jefe; el comisario Fernando, le ha llamado para que acuda inmediatamente a su despacho. Al llegar, Samuel entra en el despacho del comisario y cierra la puerta bajo la atenta mirada de varios de sus compañeros.
—¿Qué es lo que ocurre jefe?
—Ha muerto otro policía esta noche; ha sido estrangulado de la misma manera que nuestros compañeros. El asesino también ha matado a su mujer; y lo peor de todo es que tenían un niño pequeño que ha desaparecido. Quiero que tanto Víctor como tú os pongáis a trabajar día y noche en este caso.
—Por cierto, ¿Dónde está Víctor? —le he llamado varias veces y tiene el teléfono apagado.
—Desde ayer por la tarde no he hablado con él. Supongo que estará en su casa.
—Acércate hasta su casa para comprobar que está allí y que se encuentra bien.
—De acuerdo Fernando.
Pasadas 48 horas, Samuel aún no hallado ninguna pista sobre el paradero del asesino, tampoco ha conseguido localizar a su compañero. La preocupación por él ha hecho que toda la comisaría se vuelque en su búsqueda.
Al llegar a casa, el padre de Samuel le insiste en que coma algo para reponer fuerzas, pero este se niega.
—Recuerdo que cuando eras pequeño y algo te disgustaba solo conseguía levantarle el ánimo contándole algún cuento de Jorge Bucay.
El anciano comienza a contarle un cuento; la historia de un carpintero que impulsado por un sueño, viaja a un país lejano en busca de un tesoro. En este sueño el hombre se ve a sí mismo viajando hasta una zona rural de Australia, donde hay un amplio campo y en ese campo, debajo de un gran árbol, hay un gran tesoro escondido. Este emprende su viaje y al llegar descubre que aquel campo es propiedad de un campesino que le pregunta extrañado que está haciendo en su propiedad.
El carpintero no le oculta sus intenciones, ni el sueño recurrente que tiene; el campesino se ríe de él y le cuenta que él también tiene un sueño en el que se ve viajando a un país lejano, a la casa de un carpintero donde debajo del suelo de su sótano, hay un increíble tesoro; pero que no por esto viaja hasta allí, porque para el campesino, los sueños, sueños son……
El carpintero entonces comprende el mensaje del sueño; vuelve a su país, cava debajo de su sótano y encuentra el mismo tesoro que había visto en sus sueños; el mismo que había ido a buscar fuera.
Tras escuchar el cuento, Samuel tiene un palpito que no puede dejar pasar; por lo que sale rápidamente de su casa mientras pide refuerzos y conduce hasta el domicilio de su compañero.
Ha su llegada, la policía rodea la casa. Samuel junto a sus compañeros bajan hasta el sótano donde encuentran y disparan a su compañero Víctor, rescatando así al hijo del último policía asesinado.