El último trago
Darío Roses Basallo | Banissha

El último trago

—Fue la enésima vez en la que dije que dejaba de beber, pero estoy seguro de que no habrá más oportunidades para mí. La muerte me ha alcanzado. Sé que nadie me ve, ni me oye, ¡cuánta gente se acerca, mirando asustados y otros tapándose los ojos! No conozco a los curiosos, pero me sentaré a observar.

El camarero, que es el dueño del bar, al ver a José Luis con la cabeza encima de la mesa, corre hacia él con dolor en el rostro y grita desconsolado el nombre del policía el mismo que solía ir a ahogar sus penas al salir de trabajar. Una mujer enana y rara se acerca indicando con un gesto que está muerto, pero solo está inconsciente. En urgencias tratan de hablar con él tras su mejoría.

7 de marzo de 2023

Corre lo más rápido que puede, pero el ladrón logra darle esquinazo. —Pedro, ve por la izquierda, yo iré por la derecha. Alejándose de su compañero para tomar la dirección indicada consigue dar con el ladrón. Saca una Glock y le apunta increpándole para que suelte las joyas. El ladrón saca un arma, José Luis que es más rápido logra darle en el brazo, pero no en el que tenía el arma. Es entonces, al momento antes de responderle, cuando se agacha hiriendo a la persona que tenía detrás.

—Maldito idiota—le dispara en el brazo previsto y le pone las esposas. Al girarse ve que ha herido de gravedad a su acompañante, Pedro muere de camino al hospital.

Actualidad

Al abrir los ojos ve a toda la familia y compañeros del trabajo, a todos menos a su acompañante, a su amigo.