El(e)mental
Carolina Rey de Alba | reydealba

Bilbao, 9 de enero, Javi paseaba con su perro, un labrador color chocolate, astuto y cercano de quien se acercaba a atusarle. La noche prometía lluvia, por lo que aligeró para llegar a su casa.
Regodeado en sus pensamientos, vio como 5 hombres huían corriendo de una calle estrecha con coches estacionados y bares a medio cerrar. Javi miró extrañado la situación pero siguió su camino para llegar a su apartamento donde le esperaba su novia, Marta, con la que llevaba 6 años y estaban a punto de casarse.
Entró por la puerta, se quitó la parka verde, la colgó en el perchero de la entrada y se sentó en el sofá. Los informativos abrían con una noticia de última hora:
“Aparece un hombre muerto en Bilbao con signos de violencia”.
Javi no daba crédito, acababa de pasar por ahí, aunque la presencia de los 5 hombres le había resultado extraña. Decidió llamar a la policía para contar los pocos detalles que tenía.

Marta había preparado una tabla de quesos y descorchó un vino. Había mucho que celebrar, 6 años de noviazgo y una boda que preparar.

Ya en la habitación, Javi se quitó el jersey de ochos que llevaba, al mirarse en el espejo se dio cuenta de que tenía arañazos en el cuello, no daba crédito, ¿qué era eso? Asustado se vistió de nuevo para no darle más vueltas y brindar con su novia.

”Ding, dong”, sonó el timbre de la puerta.
La Policía le buscaba para saber más sobre el presunto asesinato. Ya en comisaría, después de una larga declaración, uno de los policías se dio cuenta de las recientes heridas que Javi presentaba en el cuello, enseguida le preguntó pero este evadió las cuestiones.
“Última hora” Se oía de fondo en una televisión.
“Testigos avisan de un sospechoso, un hombre con una parka verde salió del portal donde apareció el cuerpo”.
En ese momento, las miradas de los policías se dirigieron a Javi, apuntando a ser el principal sospechoso.

Ahí fue consciente de que llevaba una semana sin tomarse la medicación para el trastorno que sufría desde que era adolescente, lo que hacía que en su mente recreara situaciones irreales, como la de Marta y su perro, que solo habitaban en su imaginación, la cual le transportaba a una realidad paralela inexistente.

Esa noche fue a dar un paseo y un hombre le intentó robar, lo que hizo que Javi se defendiera golpeándole hasta acabar con su vida. La víctima se intentó defender agarrándole del cuello, pero no logró zafarse de su agresor. Javi huyó de la escena calmado porque en ese momento no estaba siendo consciente de lo que hacía. Los 5 hombres que corrían iban a ayudar a la víctima y fueron los que dieron la alerta para buscar al sospechoso.

Javi, ahora internado en un centro de psiquiatría, cuando es consciente de la realidad, vive perturbado por lo que hizo esa noche. El resto de veces piensa en Marta y en su labrador.