ERES FUERTE
Carmen Martín Ruiz | Valeria Martín

Eres fuerte.

Me digo cada día cuando me permito mirarme a los ojos a través del espejo.

Eres fuerte y puedes con esto.

Sigo repitiéndome para que cale, para que llegue al fondo de mi mente, corazón y alma. Para grabarlo a fuego en mis entrañas. Para tatuarlo en cada sinapsis de mis neuronas.

Eres fuerte y puedes con esto y con más.

Porque no hay techo para el sufrimiento. Porque siempre todo puede ir a peor.
Porque esa bala no era para mí. No llevaba mi nombre aunque pudiera haberlo llevado.
No era mi día ni mi hora.

Eres fuerte y puedes con esto y con más.

No te toca a ti llorar hoy.
Hace un año que le enterramos con honores mientras que su pareja no era capaz de encontrar consuelo en nada ni nadie. Lágrimas del alma porque líquidas ya no quedaban, el corazón destrozado y como futuro el vacío más inmenso. La nada. Sueños, deseos y planes rotos. Hechos añicos igual que cuando cae un cristal al suelo. El amor arrebatado. La felicidad robada.
La mirada triste y devastadora en los ojos de sus hijos.
La mirada rota de todos los que le queríamos y apreciábamos.

El sonido de la bala impactando en su cuerpo. El golpe seco al caer al suelo detrás de mí. La sangre a borbotones. Sus manos intentando parar lo imposible. Su hablar rápido. Darse cuenta de lo inevitable. Su último deseo. Su último suspiro.

Mi bloqueo. Paralizarme. No poder mover las piernas. Dejar que se escapara.
La culpa.
Mi placa y mi arma en la mesa de mi superior.
“Te vendrá bien descansar.” Me vendría bien pegarme un tiro en la frente. Cambiarme por él.

Eres fuerte y puedes con esto y con más.

Un año hace que no piso comisaría y cada día que pasa más convencido estoy de que no debería estar respirando, de que no merezco la vida que tengo, la oportunidad de vivirla llevando esta cruz.
Su mirada no se me olvida.

Eres fuerte y puedes con esto y con más.
Hasta que las murallas caen, todo revienta y exploto desde dentro.