Wynda Navarro, estudiante en criminología, acaba de ayudar al departamento de feminicidio y homicidio a encontrar el culpable en la muerte de un senador. Estaba volviendo a su casa, sola en la noche cuando siente que alguien le está persiguiendo.
El sonido de las botas de la persona resuena en la calle, ella solo está a unos pasos de su domicilio, pero no se sentía en seguridad. Voltea la cabeza, ve la sombra de alguien desaparecer detrás de un rincón. Wynda suspira y sigue caminando diciéndose que debe ser su imaginación.
Para llegar a su casa, Wynda debe pasar por un camino estrecho donde normalmente había muchos mendigos, pero hoy no hay nadie, hoy el camino está más vacío que el bolsillo de los pobres. De repente siente que alguien está respirando en su nuca, se dispone a correr, pero la persona lo jala y la empuja sobre una basura.
Por suerte, Wynda encuentra un objeto duro con el cual pega a la persona en la cabeza cuando esta última se inclina sobre ella. El individuo grita de dolor, pero jala a Wynda de la pierna cuando ella estaba a punto de escaparse.
El individuo sube en el regazo de Wynda y empieza a asfixiarla, ella lucha para salvarse de una muerte segura y termina entrando sus dedos en los ojos del individuo. Ella le da un golpe en el regazo y un puñetazo en la cara cuando llega a sacarse debajo de él. El individuo lleva una máscara, lo que impide a Wynda de ver quién es. Antes de verificar, ella le da una patada en el estómago para debilitarlo.
Al ver que la persona no se mueve del suelo, Wynda se acerca para quitarle la máscara, pero no se esperaba que la persona solo estaba actuando, a lo que recibió un puñetazo en la cara que la hace perder el equilibrio y caer.
Esquiva de justeza a una bala disparada por el individuo que sigue disparando sin cesar. Ninguna de las balas tocaron a Wynda, pero una de ellas tocó a la basura que estaba cerca de sus oídos y ella termina perdiendo la capacidad de oír bien por un tiempo.
El individuo la atrapa, empieza a pegarle en la cara, en el estómago. Los golpes van y vienen, Wynda ni siquiera tiene fuerza para gritar de dolor. Ella siente que su muerte no está lejos, a punto de darse por vencida, escucha a alguien gritar y siente que el individuo se ralentiza sobre su golpe.
El individuo se quita la máscara, pero Wynda solo puede ver sus labios diciendo: «Eres la gata negra de la familia», antes de desmayarse.
El individuo la deja por muerta, ¿qué pasará cuando Wynda se despertará? ¿Podrá el DFYH ayudar a Wynda a encontrar su verdugo? ¿Podrá Wynda ni siquiera acordarse que su verdugo pertenece a su familia?
Una cosa está segura, allí es donde empiezan las ganas de Wynda para ser miembro activa en el departamento de homicidio y feminicidio.