Imperiosus
CAROLINA VANESA PEREZ CORREA | CAROL

Un Catamarán turístico de lujo, parte del Puerto de Cabo Verde hasta el Puerto de Ibiza con 15 pasajeros y 6 tripulantes.
decía un integrante de la tripulación.
La distancia sería larga por lo que aquel catamarán, deleitaría con una fiesta nocturna en alta mar.
Tres de la madrugada. Un golpe en el casco, llama la atención y desvela a algunos pasajeros.
<¿Qué ha sido capitán?> decía un marinero de guardia.

De repente, un grito de mujer alertó a todos.
<¡Dios mío!, ¡creo que está muerta!> afirmaba con terror sollozando mientras un marinero se acercaba.
Enseguida, se agruparon los 14 pasajeros y empezaron a susurrar. La resaca tras la fiesta nocturna se apreciaba todavía.
El capitán, atónito, reaccionó:
<¡Tranquilos! ¡cálmense!, ¡atrás todo el mundo!>
<¡Capitán!, Samuel no está en su puesto>
<¡Demonios!, ¿Qué está ocurriendo?>
dijo un pasajero.
<¿Quién es usted?>

Bruno, el policía, era uno de los pasajeros que estaba de luna de miel.
<¿De homicidio?> repetía el capitán.

<¡Dios santo!, ¿en qué le puedo ayudar?>

Puerto de Cabo Verde, unas horas antes de partir. Una zodiac entra en medio de los dos cascos y engancha un fardo de droga para luego en pleno mar y por la noche, hacer el trasbordo en silencio.
<¡Capitán!, la chica presenta una uña partida y restos de sangre. Quizás se defendiera de su agresor y éste probablemente tenga arañazos. Que todos muestren sus brazos y el cuello> decía Bruno.
Después de muchas preguntas, todos tenían la cuartada de sus parejas y amigos. La señal de algún rasguño quedaba descartada y la desaparición de Samuel, era un enigma.
Bruno, trataba de atar cabos. Se acercó con la linterna para reconocer la zona donde fue el golpe y se percató de una marca a un lado del casco reciente.
<¿Ya tenían esta rozadura capitán?>
<¡No!, los cascos interiores difícilmente reciben golpes. ¿Qué cree?>
<¿Confía en los suyos?>
<¡Sí por dios!>

Bruno, se dispuso a interrogar al cocinero.