Jeremy Wade Delle es un adolescente de 16 años y padres separados que vive con su madre y su hermana.
Jeremy Wade Delle es un niño con altas capacidades que no termina de encajar en ningún colegio.
A Jeremy Wade Delle, sus compañeros de clase, lo usan como objeto de burlas y mofa. Le hacen bullying.
Los padres Jeremy Wade Delle no le prestan atención, separados y sin comunicarse entre ellos, dan por hecho que su hijo sólo es un excéntrico adolescente más.
Los profesores de Jeremy Wade Delle tampoco ponen solución a su drama. Sus retrasos y faltas de asistencia son castigados. En lugar de buscar las causas que le llevan a ausentarse, sólo hacen su vida más mísera aún
Jeremy Wade Delle sólo tiene una amiga en el colegio, Lisa Moore, con la que intercambia cartas a diario. Jeremy siempre termina cada carta con un “escribe detrás”.
El 8 de enero de 1991 Jeremy Wade Delle escribe una última carta. Una última carta que termina con un “ya es tarde”.
Porque el 8 de enero de 1991 Jeremy Wade Delle se vuela la tapa de los sesos con una magnum delante de sus compañeros de clase de inglés. Los restos de sangre, sesos y huesos salpican a profesor y alumnos.
La policía no tiene nada que investigar porque no hay culpable. Aunque, en realidad, todos son culpables.
En octubre de 1991, Eddie Vedder y Jeff Ament, miembros y compositores del grupo grunge Pearl Jam, leen en un recorte de periódico lo sucedido a Jeremy Wade Delle.
JEREMY es una de las mejores canciones compuestas por la banda y su videoclip se ha convertido ya en historia de la música.
Jeremy Wade Delle está muerto pero, cuando cantamos su canción, lo seguimos matando.
La música nos convierte en cómplices, en meros asesinos.
La policía no tiene nada que investigar porque no hay culpable, aunque todos somos culpables.
Aunque todos empujemos a Jeremy Wade Delle al abismo.
Es el 19 de Agosto de 2023. Pearl Jam vuelve a los escenarios tras un prolongado retiro. Dos horas de concierto, el grupo suena mejor que nunca.
Llega el momento de los bises.
Fundido a negro, la banda desaparece del escenario. Ante los aplausos del público, regalan una última canción.
El bajo de Jeff Ament rasga las primeras notas de un arpegio y, al tiempo que a Eddie Vedder se le escapa una lágrima sincera, Jeremy Wade Delle, una vez más, vuelve a morir.