El inspector Rius, un hombre de no más de un metro sesenta y cinco de altura, calvo, regordete, vestido con unos pantalones vaqueros y un jersey azul, señala con un movimiento de su cabeza el cuerpo de Marina, e indica al fotógrafo que haga fotos del rostro de la novia de Andrés acribillada a balazos.
_Raúl, ¿cuándo llegará el juez?
_Me comentan de Jefatura que está en medio de un atasco en Canillejas.
_A este paso nos dan aquí las uvas, a este hombre siempre le pasa algo.
El rubio fotógrafo polaco, sonríe al escuchar el comentario y fotografía a su vez el cuerpo de Andrés acuchillado varias veces en el cuello y el pecho y el de Martín, el jefe de Marina, sangra por varios orificios de bala en la espalda.
_Así que usted, señor Sánchez, y los tres muertos son las que estaban en este edificio y en esta habitación_
_Sí, así es. Soy su gestor y me pidieron cita hoy.
_Comprenderá que es usted el principal sospechoso, o más bien el único.
_Si comprueban las huellas dactilares en las armas, o en sus cuerpos, verán que yo no he disparado contra nadie ni les he tocado. Solo les abrí la puerta de este despacho para que esperaran su turno.
_Bien, eso ya se verá. De momento, no salga usted de la ciudad.
_Por supuesto, ¿puedo irme ya?
_Sí, tenemos su número de móvil para cualquier cosa.
…..
_Lo que nos dijo el tal Sánchez es verdad, comisario, no hay huellas dactilares ni adn suyo en ninguno de los cuerpos, y no tenemos ni idea de los motivos de que se mataran entre ellos.
_Entonces Rius, caso cerrado, no hay problema y me puedo ir a Santander.
_Buen viaje señor.
…..
Rius cierra la puerta de su despacho días después y dirige sus pasos a la salida de la comisaría. Hay algo que no le cuadra y por eso ha pedido grabaciones de las conversaciones de los fallecidos y Sánchez, sin informar a la nadie, pues se juega si carrera al ser un caso cerrado.
Conoce del gusto y afición del tal Sánchez, tras escuchar conversaciones con sus amigos, por los juegos de mesa, el cine policíaco, todo tipo de propuestas como éstas y disfrutar de las investigaciones, siendo un freaky de los “scaperoom”, por ese motivo se ha citado para comer con él en un discreto restaurante de la Castellana.
_ Bien, amigo_le comenta cuando saborea su carajillo de ron_no le puedo detener de momento, pero sabiendo de sus aficiones para usted fue un juego increíble, ¿verdad?
_Sí, sabía que Mónica mantenía relaciones sexuales con su jefe y su novio le debía dinero.
_ ¿Les citó a los tres?
Sí.
_Y se mataron entre ellos por todos estos motivos. Creo su propio juego.
_Exacto. Yo solo sabía lo que ocurriría. Fue fascinante.
_Estupendo, yo soy un fan como usted de estos juegos. No ha notado algo raro en el sabor del vino y este carajillo.