El invierno pasaba en Malasaña como cualquier otro. Frío, seco y hostil como solo son los inviernos en Madrid. Pero algo me decía que este no iba a ser un invierno cualquiera.
En cuanto me encargaron el caso del asesino de la calle Pez, supe que podría ser yo el que diese con la pieza del puzle que faltaba para encontrar al cabrón que llevaba meses acechando el barrio.
Lo único que tenía, que no era poco, era lo que la policía me había facilitado: dos entradas para ver El Rey León, una foto de la estatua del Ángel caído y un recibo de una cena de un 43 cumpleaños en Fridays. Todo pertenecía al asesino, así que el lunes me puse manos a la obra y empecé a rastrear la ciudad como solo yo sabía hacerlo.
Solo tenía tres pistas. Pero no eran pistas menores, así que seguí tirando de ese hilo.
Este cretino —sí o sí— tenía que creer en el horóscopo. Nadie va al musical de El Rey León si no cree en el zodíaco. Así que me metí en internet y, como sabía el año en el que había nacido, me leí todas las predicciones de Piscis de la semana.
“Haz deporte, es tu semana más saludable”.
¿Deporte? Si este asesino despiadado hacia deporte, hacía natación. “La natación es el deporte más completo” es el tipo de lema que este tipo de personas siguen. Me dirigí a la piscina municipal de San Chinarro. No podía vivir en otro lado.
Nada más entrar, e inspeccionar en los vestuarios, me acerqué al corcho del que colgaba un papel:
Ciclo de cine doblado en el centro comercial Alcalá Norte. Hoy a las 20:00.
Si algo le gusta a este tipo de personas es el cine doblado, así que cogí mi coche y me dirigí hacía allí. Ya en la puerta de la sala, intenté fijarme en las caras de las personas que hacían cola. Rápidamente puse mis ojos en una chica que llevaba un abrigo Desigual y me saltó la alarma.
— Espérate, que es una tía — pensé.
Me acerqué sigilosamente a ella. Estaba hablando con una amiga y puse el oído:
– Claro, es que si pusiesen el cine a un precio razonable, la gente iría más.
–Chica tu lo que tienes que hacer es dejar de ir al cine y viajar, que es lo que más abre la mente.
–El año pasado estuve en Brujas, y se ve en una mañana.
–Pues mira, lo mismo voy este verano ¿sabes que cada vez hay más personas que coge las vacaciones en septiembre?
Eran ellas. Sin duda. Ese nivel conversacional las delataba.
Me acerqué y las confronté con una pregunta totalmente random:
–¿Alguna de ustedes sabe por qué los negros bailan tan bien?
–Porque tienen el ritmo en la sangre – respondió la de la derecha.
Era ella. La detuve.
En su casa de San Chinarro, la policía encontró todo tipo de pruebas que la incriminaban. Y un montón de tazas de Mr Wonderful.