La detective privada Elena Collins estaba sentada en su oficina, cuando su teléfono sonó.
– Hola, ¿Detective Collins al habla?
– Hola, soy Alan, necesito su ayuda. Mi esposa ha desaparecido y no sé qué hacer.
– Claro, ¿puede darme más detalles? ¿Cuándo desapareció?
– Desapareció ayer por la noche. Fuimos a cenar y luego ella se fue a casa temprano, pero cuando llegué a casa, ella no estaba allí. No ha respondido a mis llamadas ni mensajes de texto desde entonces.
– Entiendo. ¿Ha revisado su casa para ver si encontró algo fuera de lugar o faltan cosas?
– Sí, pero todo parece estar en su lugar. No puedo entender lo que ha pasado.
– Bien, necesito que me dé una lista de sus amigos y familiares, y cualquier persona que crea que pueda tener información sobre su paradero. También necesitaré una lista de lugares que ella frecuenta o que le gustan.
– Lo tengo. Aquí está la información que necesita.
– Perfecto. Empezaré a investigar de inmediato. Manténgase en contacto y háganme saber si recibe alguna llamada o mensaje.
Después de hablar con Alan, Elena comenzó a investigar el caso. Entrevistó a los amigos y familiares de la esposa de Alan, revisó sus registros bancarios y de teléfono y revisó las cámaras de seguridad en su vecindario. Pero nada parecía ser de ayuda.
Un par de días después, recibió una llamada anónima que le dio una pista importante. Alguien había visto a la esposa de Alan hablando con un hombre en un bar en el centro de la ciudad. Elena fue al bar y logró identificar al hombre en cuestión.
– Hola, ¿puedo hablar contigo un momento?
– Claro, ¿en qué puedo ayudarte?
– Estoy buscando a una mujer que podría haber venido aquí a hablar contigo hace unos días. ¿La recuerdas?
– Sí, la recuerdo. Hablamos un poco, pero no la vi después de eso.
– ¿Puedo preguntarte de qué hablaban?
– No estaba escuchando mucho, pero recuerdo que mencionó que quería irse de la ciudad.
– Ya veo. ¿Podría darme tu número de teléfono en caso de que tenga más preguntas?
– Sí, aquí está.
Después de hablar con el hombre, Elena recibió una llamada de Alan. Había recibido un mensaje de su esposa diciéndole que estaba bien y que estaba fuera de la ciudad por un tiempo.
– Hola, ¿detective Collins? Acabo de recibir un mensaje de mi esposa. Dice que está bien y que está fuera de la ciudad.
– Me alegro de que haya recibido noticias de ella. Pero necesitamos asegurarnos de que está a salvo. ¿Podría darme el mensaje para que pueda verificar si es auténtico?
– Sí, por supuesto.
Después de verificar el mensaje, Elena descubrió que la esposa de Alan había huido de la ciudad con su amante. Ella le dio a Alan la mala noticia y le entregó el informe completo de su investigación.
– Lo siento mucho, Alan. Pero al menos sabes que tu esposa está a salvo. Aquí tienes el informe completo de la investigación. Si necesitas algo más, no dudes en llamarme.