La oscuridad del ser
Sergio García Ávila | Sergio Gavila

Era una noche oscura y tormentosa. La lluvia caía en torrentes sobre la ciudad y la gente se apresuraba a llegar a casa. Pero para el detective Sarah, la noche estaba lejos de terminar. Acababa de recibir una llamada urgente sobre un secuestro.

Sarah se dirigió al lugar de los hechos, una pequeña casa en las afueras de la ciudad. Al entrar, se encontró con una escena caótica. La esposa del hombre secuestrado estaba histérica y la policía local trataba de calmarla.

Sarah comenzó a investigar y pronto descubrió que el hombre secuestrado era un conocido empresario local. Al revisar su vida y negocios, Sarah encontró muchas cosas sospechosas. Parecía que el hombre había hecho muchos enemigos a lo largo de los años.

Sarah no perdió tiempo y comenzó a seguir cada pista, pero todas llevaban a callejones sin salida. Entonces, una noche, recibió una llamada anónima que la llevó a una casa abandonada en el campo. Allí encontró al hombre secuestrado, pero también descubrió algo aún más sorprendente.
El hombre secuestrado estaba trabajando con el secuestrador. Juntos, estaban tratando de hacerse ricos a expensas de su propia familia y negocios. Pero las cosas se salieron de control y el secuestrador decidió retener al hombre como rehén.

Sarah arrestó a ambos hombres y resolvió el caso, pero quedó impresionada por la oscuridad y la avaricia que había descubierto en el corazón de la ciudad. A pesar de que solucionó el caso, nunca olvidará la desesperación y el misterio que rodeaba la noche en que se produjo el secuestro.