María, 31 de diciembre de 2022
Lo que se suponía debía ser un día de fiesta, para Unai
estaba siendo todo un infierno. Y todo apuntaba a que el día
no iba encaminado a terminar mejor para él; nadie quiere
terminar el año sintiendo el frío metálico de una pistola pre-
sionándote en la cabeza. Pero eso él todavía no lo sabía.
Unai estaba exhausto por haber subido al pico de la Burrica
en tiempo récord, para seguir una pista de la investigación,
vestido de Papá Nöel, salvando un desnivel de 900 metros de
altura y 14 kilómetros de recorrido. La semana estaba siendo
de locos.
Los habitantes de María parecían no tener aún cono-
cimiento de los terribles crímenes que se habían cometido
días atrás en pleno corazón del parque; les habían contado
otra versión para que los vecinos no entraran en pánico; no
querían que tuvieran constancia todavía de lo sucedido hasta
avanzar un poco más en la investigación. Solo se habían limi-
tado a reforzar un poco más la vigilancia.
Pero lo cierto es que cuatro cuerpos habían sido hallados
por un agente forestal en la Dehesa del Marqués. Todos los
cuerpos estaban decapitados y donde antes había cabezas hu-
manas ahora había, semi cosidas a sus torsos con el tipo cuer-
da que se utiliza para colgar y secar los jamones, cabezas de
cerdo.
Y no solo eso. Otra característica común hacía que la esce-
na fuera aún más dantesca: los cuerpos, alineados uno junto
a otro, estaban pintados íntegramente de rojo, con la sangre
que previamente les habían extraído, de alguna manera, con
bastante precisión. Sus brazos derechos yacían de forma na-
tural hacía los pies. Los izquierdos habían sido manipulados;
estos, estaban alzados.
Y lo más desconcertante de todo: ambas manos sujetaban
una especie de hoz o sierra de madera, con sílex incrustados;
las manos izquierdas, aparte de la hoz, también parecían sos-
tener el corazón de las víctimas.
La escena era muy familiar para todos los habitantes de la
Comarca de Los Vélez y siniestra para los que descubrieron
los cuerpos; se trataba de una reproducción exacta del brujo
de la Cueva de los Letreros de Vélez Blanco.
Unai, ex periodista de investigación afincado en María, se ve
involucrado en la investigación de los crímenes a raíz de recibir,
entre el 24 de diciembre y el 31 de diciembre, cuatro mensajes de un
desconocido a través de su móvil. Con cada mensaje, como
archivo adjunto, una foto: la primera, una cabeza de cerdo
clavada en lo que parecía ser una estaca de madera,
la segunda, una orquídea blanca junto a una pequeña bolsa de
tela de color negro, la tercera, un cuchillo de carnicero oxidado
y la cuarta, un retrato enmarcado de una chica joven, rodeado
de lavandas, sobre el altar de una ermita; cada foto en una
ubicación diferente del Parque Natural Sierra de María.
Solo tenía una duda. ¿Por qué él?