Los crímenes nunca se producen en día soleados, o por lo menos eso nos muestran las películas.
Pero yo sé quién me ha matado. Está ahora explicando a la policía como se enteró de mi muerte y lo rápido que acudió. Claro, que no sabe que tengo una prueba incriminatoria que si la policía pone interés descubrirá.
Como iba diciendo, en días soleados parece que todo es más bonito, hoy era un día normal, sin prisas, trabajo y quedar con amigos un rato, pero es verdad que me desperté un poco inquieto, sin saber el motivo.
Llevaba unos días con la sensación de ser perseguido, una chica rubia y con la boca pequeña. La vi por primera vez hace un par de semanas en una librería y me fijé porque hacía fotos a todo lo que yo miraba. Pero no dije nada.
Unos días después, saliendo de un restaurante en la calle Fuencarral con Divino Pastor, estaba apoyada hablando por teléfono, ¿casualidad? ¿Causalidad?
Los últimos días recibía llamadas desde número oculto y un día que estaba con amiguetes, uno se fijó en ella y dijo que nos estaba siguiendo, cuando me volví, se marchaba.
Como os digo, quién me ha matado está aquí, hace varias semanas descubrí un fraude en el que están involucrados una funcionaria de hacienda, un administrador de fincas, un director de sucursal bancaria y vecinos aburridos.
Tuve la mala suerte de solicitar las cuentas para revisarlas, recibos y movimientos bancarios, y eso abrió la caja de Pandora, todo alrededor se oscureció. Negación de petición, de conversación de Whatssap y mentiras sobre mi persona en las actas e intimidaciones.
Las denuncias, incluida cuatro reclamaciones a la sucursal bancaria por el uso ilegítimo de la cuenta, no sirvieron para nada. Lo que si queda claro es la red clientelar y de favores, que un administrador tiene en diferentes ámbitos y el acoso hacia mi. Además, el administrador y sus cómplices impusieron su ley cometiendo fraude. Parece la película Conspiración de Silencio, pero en una comunidad de vecinos.
Pasamos por diferentes abogados que no hicieron nada al ser un tema “que no deja mucho dinero”. Te ves solo, y cada paso que das descubres algo sospechoso, que acaba siendo real.
El mayor problema es que ninguna institución se involucra, y la denuncia en la policía del uso ilegítimo de la cuenta del banco, con pruebas contundentes, tampoco sirve de nada. Ni siquiera la denuncia al órgano rector de los bancos.
Ante esta tesitura, donde además una red clientelar en el entorno hace imposible avanzar, es tan triste que hay vecinos que por un cambio de bombilla gratis son capaces de mentirte.
Decidí ser más precavido y cuando entraba en el portal siempre utilizaba la cámara del móvil, pero mi personalidad optimista no me hizo prestar suficiente atención.
Hoy según subía las escaleras coincidí con un vecino mayor, capo de la trama y me retiré para dejarle pasar. Me empujó escaleras abajo.
Policía miren el móvil por favor.