LA RULETA RUSA
El,no tenía ni idea de adonde lo llevaban.Nada mas salir de prisión lo amordazaron y le taparon la cabeza con una capucha.
Ayer se celebró el juicio y ,por un error de novatos en la cadena de custodia de pruebas,Kevin Standford,el asesino de niños,quedó libre.
Lo trasladaban al edificio de Justicia para,aún sabiendo fehacientemente que era culpable,ponerlo en libertad.Pero en realidad no era ese su destino,no se libraría fácilmente de pagar por sus pecados.Los dos hombres que,lo trasladaban y custodiaban,tenían otros planes menos halagüeños para él.
Salieron de la ciudad y condujeron alrededor de una hora por la nacional IV,dirección a Andalucía,tomaron un desvío que los llevaría a una zona boscosa,donde,en una antigua quesería,les estaban esperando con una inusitada algarabía.
Kevin,estaba nervioso y con razón,se olía lo peor,pero no podía hacer otra cosa
que esperar.
En ese momento notó como se paraba el furgón,donde quiera que fuera,ya habían llegado.
Abrieron las puertas de atrás y lo sacaron a empujones,los hombres que lo
esperaban comenzaron a golpearle dirigiéndolo hacia el interior del caserón.
Una vez dentro le hicieron bajar unas escaleras donde estaba la cueva de
maduración del queso,ahora adaptada a lo que,parecía ser un ring ilegal de peleas de gallos.
Los asientos rodeaban el ring,todos ocupados por una jauría de humanos ávidos de sangre.
En el centro del ring solo había una mesa,una silla y una pistola sobre la mesa.Lo llevaron, entre vítores de los asistentes,al centro del ring.Le obligaron a sentarse y uno de los hombres,que lo había trasladado,pidió silencio,el otro,habló en voz alta.
– ¡Bienvenidos a la noche de la ruleta!
Todos jalearon sus palabras y ante un gesto del maestro de ceremonias volvieron a permanecer en silencio.
– Os voy a explicar las reglas a los que venís por primera vez,pero,sobre todo,a nuestro principal jugador,<
Todos los presentes lo abuchearon y le tiraron toda clase de objetos.
– Como veis<
Kevin,asintió resignado.Dos veces se había salvado,le quedaba una y sería libre.Apretó el gatillo y el percutor se encontró con un agujero vacío donde debía haber una bala.¡Se había librado!,todos comenzaron a gritar y silbar fuertemente.Le quitaron la capucha y Kevin con horror,descubrió que,todos los que estaban allí eran policías.Inmediatamente comprendió que no saldría vivo de allí.
EL JUSTICIERO