‘-Buenas noches Marie- la joven alzó la cabeza para ver al inspector de policía colocándose el abrigo y cogiendo su gorro del perchero.
-Inspector Rosen- sonrío la chica- ¿Qué tal ha ido el caso? –
-Ha sido difícil, pero finalmente hemos podido detener al culpable- el inspector Rosen se apoyo en la mesa y, con una media sonrisa se inclinó para susurrar- ¿Quiere saber quién asesino al niño?
Marie olía el aliento a alcohol del inspector, pero no hizo ningún comentario al respecto, simplemente sonrió y asintió.
-El padre-
Después de un pequeño silencio, Rosen volvió a su lugar soltando una carcajada macabra- quién se lo iba a imaginar ¿eh? –
-Sin duda es usted un hombre muy inteligente, déjeme anotar su gran éxito en la tabla-
Marie saco una tabla en la que había unas 8 marcas y añadió otra.
-Queda poco para la marquita cruzada- dijo Marie con emoción a lo que el inspector volvió a soltar otra carcajada.
-Es por este tipo de cosas que las mujeres solo llegareis a ser secretarias- Rosen soltó los residuos de su carcajada y comenzó a irse- Bueno Marie, nos vemos mañana, no te quedes hasta muy tarde, las mujeres jóvenes como usted deben salir y buscar un buen marido, ¿sí o no? –
-Por supuesto-
-Bien, buena chica- finalmente le dio la espalda y salió por la puerta con un ❝hasta mañana. ❞
Al día siguiente, cuando Marie se encontraba tranquilamente comiendo, el inspector Rosen apareció por la puerta y se sentó en su mesa. Volvía con un par de agentes de inspeccionar el escenario de un asesinato.
-Marie, me han dicho que hoy has llegado un poco tarde, ¿a qué se debe? –
Marie se acomodó las gafas
-Hm, ya sabe usted… cosas de mujeres-
El inspector se puso un poco nervioso y con una mueca de incomodidad carraspeó.
-Si, bueno… ¿quiere usted acompañarme para ver las fotos del caso? Las están revelando-
– ¡Por supuesto! – Marie se levantó emocionada y acompañó al inspector.
Revisando las fotos Marie se dio cuenta de que la víctima tenia una pequeña marca detrás de la oreja.
-Es parecida a la que tenia el niño del caso que cerrasteis ayer- Marie se llevó las manos a la boca- ¿podría ser un asesino en serie? –
-No digas bobadas Marie- el inspector hizo un gesto despreocupado- el caso de ayer lo cerramos ya, yo mismo detuve al asesino. –
-Pero…-
-Basta. Usted es una simple secretaria, no intente jugar a los detectives. – dijo con voz dura.
-Por supuesto- Marie bajó la cabeza desanimada, pero, al levantarla, sonrió al inspector- iré preparando la tabla para cuando consiga detener al asesino. –
Marie volvió ese día a su casa, cenó y se desnudó.
Normalmente esperaba a que acabase un caso para abrir otro, pero aquel día se sentía especialmente molesta.
Bajó al sótano.
Allí esperaba su próxima víctima.