Baby llora desconsolada, regueros de rímel corren por su rostro. Con su mano temblorosa, sujeta un cigarrillo manchado de carmín. Permanece arrodillada en el suelo, junto al cadáver de un niño, de unos trece años de edad. El chico está desnudo, su cuerpo está lleno de moratones y cubierto de sangre, tiene las manos atadas a la espalda y sobre su cabeza hay una bolsa de plástico.
Frente a ellos hay una silla de madera, precedida de un trípode. Sobre el mismo, descansa una cámara de vídeo. De su interior, ha desaparecido la cinta grabadora.
A través de la ventana abierta, llega el sonido de sirenas. Unas luces parpadeantes iluminan la estancia, que hasta ese momento se encontraba a oscuras.
Suenan golpes en la puerta… es la policía. Baby no se inmuta.
La puerta es derribada y un grupo de hombres uniformados irrumpen en la habitación del hotel. Tras de ellos, accede el inspector Lloyd, un veterano detective, que espera ansioso su cercana jubilación. Viste gabardina y sombrero de color gris.
Unos balbuceos surgen de la boca de Baby, pero nadie se percata de ello. No consigue hacerse entender.
El inspector se acerca al cadáver del chico y lo examina con sumo interés.
Acto seguido, observa a la chica… Es joven también, quizás tenga unos quince años, guapa, esbelta, rubia y posee unos grandes ojos azules.
Baby intenta explicarle, entre sollozos, lo que ha ocurrido. «Ella y su amigo Peter acudieron a una cita de trabajo». »Solo se trataba de una sesión de fotografía», le dijeron.
A ambos les venía bien ganar algo de dinero, y bueno ya se habían visto desnudos en otras ocasiones. La voz de Baby se quiebra de nuevo.
Los forenses acordonan la escena del crimen. Señalan con números cada detalle que encuentran de interés y lo fotografían. Todos los objetos que pueden ser considerados como pruebas, son depositados en el interior de bolsas de plástico.
Cubren a Baby y al chico con unas mantas. Baby siente mucho frio.
Los informes de las autopsias revelaron que:
– El menor sufría diversas laceraciones en la espalda y en el pecho, realizadas con arma blanca. Golpes en el rostro, que le habían provocado la pérdida de varias piezas dentales, así como la fractura del tabique nasal. En el perímetro del cuello se percibían hematomas, debidos posiblemente a reiterados intentos de estrangulamiento. Se hayan restos de semen (una vez analizadas las muestras, se confirma que hay dos tipos de ADN, uno corresponde a la víctima, y el otro a un sujeto desconocido).
Finalmente, se dictamina que el sujeto falleció por asfixia, tras cubrir su cabeza con una bolsa de plástico.
– La chica sufría múltiples cortes y contusiones en rostro y cuerpo. Marcas de pinchazos en el brazo derecho. Se detectan signos de violación, con desgarros en la zona genital y anal. Se hayan restos de semen (una vez analizadas las muestras, se confirma que el ADN corresponden a un sujeto desconocido).
Finalmente, se dictamina que el sujeto falleció por sobredosis de fentanilo.