—Hermana, no me siento bien, voy a quedarme en casa —dice Ágata, joven actriz Argentina, hablando con Carmela—. Ven en casa, necesito contarte algo.…
—¿Es urgente? No importa, ya voy —contesta la hermanita, quien, apenas entraba en el club.
Ágata cuelga la llamada, se tumba en su cama, cierra los ojos esperando su hermanita. Después de unos minutos escucha la puerta abrirse, unos pasos de botas, el ruido de la cama cuando la persona se siente. Ágata sonríe, su hermanita ya ha llegado con sus sempiternas botas, pero no era ella……
***
Una ebana, entra en el cuarto dónde el equipo de la policía ya estaba trabajando, encuentra al responsable y le enseña su identificación.
—Detective Wynda Navarro del departamento de feminicidio y homicidio, ¿habéis encontrado algo?
—¿Qué viene hacer el DFYH aquí? La mujer se suicidó, resultado de perder la fama —dice el hombre enseñando el baño—. Ya hicimos los análisis, ella murió de asfixia, se colgó en su baño.
Wynda entra en el baño y empieza a inspeccionar. Cuando más observa, menos indicios encuentra, aunque al lado de la bañera hay el empaque de un jabón recién usado y también un segundo cepillo de diente.
Wynda escucha otro policía luchando con una persona, al salir ve que una mujer parecida a la víctima se está peleando con el policía para luchar con un hombre definitivamente más fuerte que ella.
—Él mató a mi hermana, ¿por qué no lo arrestan? —grita.
—No puedes culparlo de la muerte de tu hermana sin prueba —aconseja Wynda—, él te puede demandar por eso y terminarás en la cárcel.
—¿Y usted quién es? —pregunta el hombre, quien, aparentemente, es el novio de la víctima.
—Detective Wynda Navarro del DFYH. A lo que dicen, usted es la última persona a hablar con ella, señorita.
—Sí, ella me dijo que tenía algo que contarme. Yo.. yo… quise venir antes, pero —solloza—… Si solo hubiera venido antes, eso no hubiera pasado.
—¿Por qué piensas que fue su novio el asesino?
—Él estaba en el apartamento con ella, ¿cómo es posible que no la escuchó luchar contra la muerte? ¿Cómo es posible que ella no me haya dejado ninguna nota en su cuarto y que su puerta fue hackeada? —pregunta ella— Él dijo que estaba en el otro cuarto desde la mañana, ¿cómo es posible que no escuchó que otra persona intentaba forzar la puerta?
Preguntándose lo mismo, Wynda entra en el cuarto. En el suelo, hay un anillo de hombre, pero no lo ve. Se estaba dando la vuelta para irse cuando encuentra una carta debajo de la almohada de la víctima y ve el anillo en el suelo donde se ve claramente que tiraban de alguien. Vuelve al baño, encuentra el empaque del jabón y el cepillo de dientes con sangre encima.
—Te tenemos culpable.
«Hermana, Revert quiere matarme», había escrito la víctima horas antes de morir.
La sentencia del novio fue treinta años de prisión por asesinato y diez más por violación y feminicidio.