LA ÚLTIMA PATRULLA
Era una noche oscura y lluviosa en la ciudad. Jack se encontraba en su coche patrullando las calles como oficial de policía. Su turno estaba a punto de terminar cuando un extraño hombre se le acercó. El hombre estaba empapado por la lluvia y tenía un aspecto nervioso y tembloroso.
¿Puedo ayudarte en algo? – preguntó Jack saliendo del coche.
El hombre miró hacia ambos lados de la calle y luego se acercó a Jack.
Lo siento mucho, pero tienes que saber que ya estás muerto – dijo el hombre.
Jack se sorprendió al oír eso. ¿Cómo podía estar muerto si estaba allí, vivo y sano?
¿Qué quieres decir? – preguntó Jack, tratando de ocultar su preocupación.
Ya es demasiado tarde para ti. Fue hace exactamente una hora – dijo el extraño hombre.
Jack comenzó a sentir una sensación de angustia. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo podía estar hablando con este hombre si ya había muerto?
¿Cómo es posible? – preguntó Jack, confundido.
No lo sé, respondió el hombre. Solo sé que algo muy malo va a pasar aquí y ahora.
De repente una luz cegadora se adueñó de la zona y el hombre desapareció.
Pese a estar ensimismado en sus propios pensamientos, Jack pudo aún percatarse de que un coche negro se acercaba hacia él a gran velocidad. De pronto recordó que había estado investigado un caso de asesinato que había ocurrido hacía exactamente una hora en aquel mismo lugar. Sin pensárselo dos veces, esperó a que el vehículo estuviera lo más cerca posible de él y justo en el momento en que iba a ser atropellado se desplazó rápidamente hacia la derecha esquivando al coche.
Mientras tanto, el coche negro se estrellaba contra su propio vehículo. Acercándose al lugar del siniestro, Jack se dio cuenta de que el conductor era el principal sospechoso del asesinado que estaba investigando, el suyo propio.
Jack pidió refuerzos logrando detener al sospechoso antes de que este pudiera escapar. Durante el interrogatorio, el sospechoso confesó haber matado a la víctima hacía dos horas antes y que había estado intentando huir de la escena del crimen desde entonces cuando Jack lo interceptó.
Jack se sintió aliviado al saber que había resuelto el misterio de su propia muerte anunciada por el extraño hombre. Aunque no entendía muy bien cómo había pasado aquello, ni quién era el misterioso hombre que se le había aparecido horas antes, estaba agradecido de que su intuición lo hubiera alertado lo suficiente como para estar preparado para enfrentar la inquietante situación.
A lo lejos, una extraña figura sonreía orgullosa en la sombra. Había cumplido su cometido.