LA VENGANZA ESCARLATA
Dianamary Granado Balza | Dayana Grab

‘- Me han obligado a hacerlo – dijo la muchacha que sujetaba un puñal bañado en oro. – Lo siento – sus ojos se hundieron en lágrimas mientras hundía la afiladísima hoja en el cuello del hijo del presidente.
La detective Vivianne forcejeó todo lo que pudo, intentando romper las ataduras de sus pies y muñecas. En su cabeza gritaba a todo pulmón mientras que, en la vida real, una venda encadenaba sus labios al silencio eterno. El muchacho cayó ante ella, aún vivo, luchando por su vida, por la vida que otros habían decidido arrebatarle.
Pero antes de que todo se torciese de esta forma, Vivianne había liderado la mayor investigación de su vida. Tras la llamada que le notificaba el secuestro del hijo del presidente, la habían hecho responsable del caso debido a su implacable carrera. Sus instintos más agudos hallaron las pistas más relevantes para el caso: dos móviles, un portátil, varios condones usados, una muestra de orina y una navaja automática.
Todo ello construía lo que había pasado la noche del secuestro:
Marcus se había escapado para ir a una fiesta en una finca privada, allí conoció a una hermosa joven, la cual él intentó drogar para llevársela a casa y hacer con ella lo que quisiera. Sin embargo, la joven tenía otros planes más macabros. Tuvieron relaciones sexuales durante varias horas, posteriormente Marcus encendió la cámara del portátil porque quería recrear lo que había estado maquinando entre sus pensamientos más oscuros, sacó la navaja automática para lesionar a la joven, pero ella se adelantó propinándole una serie de golpes certeros que lo dejaron inconsciente. Poco después, la muchacha cargó con él hasta el coche que le habían preparado en la parte de atrás de la casa, dejando varios mensajes de email programados para que todos supieran el escándalo del hijo del presidente. Mientras llegaba a una cabaña en mitad del bosque se hacía pública toda la información del portátil: cientos de vídeos en los que Marcus daba rienda suelta a su imaginación torturando a todo ser humano.
Cuando la detective Vivianne la tuvo en el punto de mira, descubrió que la red de Venganza Escarlata, un grupo de personas que hacían “justicia” por su mano, estaba detrás de todo. La joven secuestradora solo era un instrumento para perpetrar la venganza de todas las personas que Marcus había asesinado y que, por mandato de su padre, había salido impune.
– Cuando él muera, yo seré libre y mi familia también – dijo mientras grababa la muerte de Marcus.
Vivianne pudo desatarse y con su chaqueta, taponó la herida del muchacho.
– Si te opones a esta venganza, irán a por ti, no importa quién seas, jamás serás libre – advirtió la joven.
– Mi obligación es salvarlo –
– ¿Y tu hija? ¿Venderás su libertad por la de un asesino como él? –
Aquellas palabras paralizaron a la detective, las sirenas de la policía se escucharon a lo lejos.
– Préstame el cuchillo y aparta la cámara. – dijo alzando la mano.