Al empezar a recibir amenazas de muerte, Marta decide contratar un detective privado. En esas notas era amenazada toda su familia. Marta no sabía la razón por la que las recibía. Tras una breve charla con el detective, este comienza la investigación.
«¿Sabe si tienen algún enemigo o conocido que le pueda tener rencor?» pregunta el detective.
«No, que nosotros sepamos.» manifiesta Marta.
«¿Cuándo recibió la primera nota?» vuelve a preguntar el detective.
«Hace unos diez días. La metieron por debajo de la puerta.» afirma Marta.
«¿Me la puede enseñar?»
Marta asiente y buscando en el bolso al fin saca la nota. El detective la mira atentamente, impresionado por el mensaje escrito: «¿Sabes siempre donde estan tus hijos? Yo los vigilaría.
A los dos días de la visita, Marta deja a los niños en el colegio, como cada día. Ellos saben que no deben hablar con desconocidos.
Finalizado el horario escolar, cuando salen, un extraño se acerca a ellos. Les dice que le han llamado sus padres para que pasara a recogerlos. Como el hombre llama por su nombre a sus padres, inocentemente se van con él.
Pasan los minutos, las horas, pero los niños no llegan a casa y Marta preocupada decide salir a buscarlos. Con un mal presentimiento rondándole la cabeza llega hasta el colegio ya cerrado, pero sus hijos no estan por ninguna parte. Inmediatamente llama al detective.
Este rápidamente se pone en marcha y comienza en el colegio, para seguir el camino que los niños deberían haber seguido, pero no hay ni rastro de ellos. Se cruza con un grupo de alumnos del colegio y al preguntarles estps responden que les vieron irse con un hombre que ellos no conocían de nada. Entre todos los chicos le dan una descripción muy detallada del hombre. Tras eso continua por el camino y entre unos matorrales encuentra sus mochilas. Continua hasta llegar a un kiosco donde le pregunta al dueño. Este asegura haber visto a los niños junto a un hombre que no había visto nunca por allí. Vió como se metían en una nave abandonada que hay un poco más adelante.
El detective se acerca hasta la nave y al entrar le atacan por detrás. Gracias a que el desconocodo se centra en atacar al detective, los niños logran escabullirse y llegar hasta su casa. Su madre al verlos acercarse, sale corriendo y mientras se le saltan las lágrimas, los abraza con fuerza. Mientras, el detective se defiende como puede, pero acaba recibiendo un balazo que lo deja gravemente herido para más tarde acabar falleciendo a consecuencia de ese disparo. Segundos despues de realizarse el disparo, agentes de la policía entran en la nave, deteniendo al secuestrador, que en el juicio fue declarado culpable y sentenciado a prisión permanente revisable.