Listo
David Phillips Anglés | Phida

“A ver, ¿qué tenemos hoy aquí?.
Varón, caucásico, unos cincuenta y muchos, estatura más bien baja, corpulento, aunque yo diría más bien grueso. Los dedos de su mano derecha están amarillentos, es diestro y un fumador habitual. Sus manos están hinchadas, muy probablemente debido a problemas de circulación, causados por una mala alimentación, me remito a lo de grueso. Sus ojos presentan también un color amarillento con venas capilares que amenazan a sus iris, eso, y las profusas líneas amoratadas de la nariz indican que es también un bebedor habitual. Las ojeras denotan ausencia de descanso y su hombros caídos agotamiento físico. Siendo las diez de la mañana, concluyamos que no está en buena forma, no come bien y además tiene hábitos poco saludables.
Sus zapatos son de buena marca, caros, pero presentan un gran desgaste, lo que puede significar dos cosas o bien que tiene dinero, pero esos zapatos le son muy cómodos y no desea cambiárselos o bien, que tenía un puesto donde cobraba un buen salario, pero ha sido degradado y ya no. En cualquiera de estos casos, denota dejadez y falta de cuidado.
Lo mismo pasa con los pantalones. Debido a su baja estatura sus pantalones tienen cogidos los bajos. Un trabajo muy delicado, obra de un profesional, un buen sastre, sin embargo, de nuevo por el desgaste del hilo, uno de los dobladillos se ha desecho y una pernera del pantalón cae más que la otra, me remito a que es una persona descuidada y que no tiene dinero para arreglarlo de nuevo. También nos dice mucho de sus habilidades manuales, porque cualquier otra persona habría tratado de arreglarlo por su cuenta. Los pantalones, además llevan días sin planchar y parece como si simplemente hayan sido cuidadosamente doblados. Las corvas de las perneras están arrugadas así que deduzco que su trabajo, consiste en estar mucho tiempo sentado y por los ligeros callos que adivino en las puntas de sus dedos índice y anular, también en el lateral de su pulgar derecho, escribe a máquina, aunque no lo suficientemente bien como para hacerlo con todos los dedos.
Lleva un cinturón, un diseño hecho a mano con un dibujo impreso de un fabricante del centro de la ciudad. Parece nuevo, ha debido de adquirirlo recientemente, presumiblemente como regalo a cambio de algo. Hemos dicho que no debía tener dinero ¿A cambio de un servicio quizá? Pero, ¿qué tipo de servicio? Puede que tuviese algo que ver con la desaparición del hijo del dueño. Aquel mismo chico que resultó ser secuestrado por un proveedor de cuero, que al parecer no había recibido su pago por parte del dueño. Chico que fue encontrado tras una ardua investigación.
¡Ya lo tengo!. No necesito más datos.
Sin lugar a dudas, que el hombre que tengo delante es un detective, es más, diría que es un gran detective.”
Se apartó del espejo, cerró la puerta del armario de su habitación y al salir de su casa exclamó:
“Listo, vamos al trabajo”.