LOS IMPRESCINDIBLES
Pedro Linus Vidal Gonzalez | Linus

El titulo refiere a la fiel parroquia de cualquier bar que se precie.
Si al llegar no necesitan abrir la boca para que el camarero le sirva la consumición, den por sentado que están ante uno de los imprescindibles. Son los que el día que falten, los toldos de la terraza hondearan a media asta en señal de duelo.
Los hechos que nos ocupan tuvieron lugar en la Taberna.
Los imprescindibles:
“Verde” jubilado que aromatiza sus mañanas con un cortado y un chupito de la misma longitud de whisky.
Manolo prejubilado de una fábrica de vaya-usted-a-saber-que (si existe la izquierda caviar también existe la derecha mortadela) y Atticus que suele mantener largas conversaciones consigo mismo. Argumenta que habla con personajes ya fallecidos, Clausewitz, Von Mises… El derecho de admisión de la Taberna nada dice de los muertos, aduce.
El día de los hechos, los imprescindibles se encontraban en la taberna. Demasiado ruido en la calle a las 7 de la mañana. Sirenas y mucha policía.
El camarero dijo que se había cometido un asesinato en uno piso del bloque de viviendas contiguo. Habían encontrado el cadáver de una señora mayor, viuda.
Verde pidió otro chupito, Manolo culpó de la falta de seguridad a la inmigración y Atticus por un momento dejó de hablar con Clausewitz para atender las explicaciones del camarero.
La puerta de la vivienda no había sido forzada y el cadáver mostraba multitud de heridas de arma blanca.
La policía pregunto al camarero si conocía a la víctima. Primera equivocación, coincidieron los imprescindibles que se arremolinaron entorno a una de las mesas para tratar el asunto. El camarero no llevaba más de 15 años trabajando en el bar.
Atticus aseguró que en la literatura policiaca el asesino siempre es el mayordomo pero mayordomo proviene del latín, major domus, el hombre de más edad.
Verde aseguró que había visto a la víctima, algunas tardes, pasear con un vecino, un viudo ex militar.
Manolo afirmó que el ex militar andaba corto de dinero. No hacía muchos días que le había pedido prestado…
Clausewitz no dijo nada y la policía a lo suyo, que si epiteliales que si restos de fibras…perdidos en la técnica y ajenos a la cotidianeidad.
– Han visto mucho CSI.- sentenció Manolo.
Los imprescindibles señalaron al ex militar como principal sospechoso. Recabaron informes orales sobre la actividad de uno y otro durante los días previos. El motivo del asesinato estaba claro: dinero. Verde apunto: Y sexo… que la edad no disminuye las ganas de follar!

La policía tardó algunos meses en llegar a las mismas conclusiones. El día que detuvieron al ex militar y el camarero se lo comunico a los imprescindibles, Verde chasqueo la lengua y pidió otro chupito. Manolo culpó al estado de las autonomías de la tardanza en resolver el caso y Atticus no dijo nada, estaba absorto en una conversación con Von Mises, ya saben ustedes, uno de los padres de la teoría de los ciclos económicos de la escuela austriaca.