Lugar desconocido, 17 de febrero, 23:00
Kennedy se despertó con un fuerte dolor de cabeza. Había perdido completamente su memoria y ni siquiera recordaba como se llamaba. Miró a su alrededor y tampoco reconoció el lugar en el que se encontraba. Era una habitación oscura con una sola ventana y con una puerta de madera casi podrida. De repente, un pequeño trozo de papel pasó por debajo del hueco que separaba el suelo y la puerta, con un número escrito en él, toco el interior de su chaqueta sacando un teléfono que guardaba ahí y decidió llamar.
Nueva York, 17 de febrero, 23:10
El detective privado John Doe se encontraba en su pequeña oficina, con la vista fija en la fotografía de su esposa desaparecida. Su teléfono sonó, interrumpiéndolo de su trance. Al otro lado de la línea, una voz desesperada pedía ayuda para ser rescatada. John se quedó paralizado. Hacía meses que su esposa no daba señales de vida pero estaba escuchando su voz a través del teléfono.
Lugar desconocido, 17 de febrero, 23:25
-Hola, ¿Hay alguien ahí? Por favor puede alguien oírme.
-¿Kenny?- Dijo una voz áspera y confundida.
Entonces Kennedy empezó a acordarse de quién era, de que había sido secuestrada y de que su marido era detective y por eso el número le era familiar.
-¿John eres tu? Creo que alguien me ha secuestrado, ayudame, ven a por mi.
-¿Sabes dónde estas?
-Hay una pequeña ventana en la habitación pero debo de subirme a algo para poder alcanzarla…hay un gran hotel enfrente de donde estoy.
-Puedes llegar a ver como se llama.
-Se llama Cecil hot…
-¿Kenny? Ey… ¿Kenny me oyes? ¿Contestame por favor?
No hubo respuesta ninguna por parte de Kenedy, pero el detective pudo oir la voz de dos hombres gritando y entonces alguien colgó el teléfono.
Tras semanas de investigación John pudo descubrir el hotel que Kennedy intentó decirle aquel día.
Era el hotel Cecil host que se encontraba a una hora de Nueva York.
Al llegar, el detective encontró un refugio casi en ruinas completamente vacío. Entró y justo enfrente estaba la habitación desde la que probablemente su esposa había hecho la llamada semanas atrás. Abrió la puerta y se encontró con dos hombres junto al cuerpo de su mujer ya fallecida. Los hombres jamás contaron el motivo del secuestro solamente dijo uno de ellos:
-las conversaciones siempre son peligrosas si se quiere esconder alguna cosa.