Me llamo Cora, una chica de dieciséis años que estudia en el instituto de su pueblo y vive con su padre y con su perro.
Tengo una vida muy normal, estudio, ayudo a mi padre con las tareas de casa, saco a pasear a Pupi y quedo con mis amigas los fines de semana. Hasta que un día la policía llamó a mi casa y en ese momento mi vida cambió para siempre.
Era lunes 23 de diciembre, ya no quedaba nada para Navidad y aunque llevaba cuatro años sin celebrar estas fiestas con mi madre por su fallecimiento, mis tíos y mis abuelos venían a casa para estar con nosotros.
Eran las nueve y media de la mañana cuando alguien llamó a la puerta.
Cuando abrí la puerta me quedé paralizada, era la policía.
– Buenos días, necesitamos hablar con Luis Malton,¿está en casa?
– Sí, es mi padre, ¿que ocurre?
– ¿Puede salir?
Fui a llamar a mi padre a la cocina y salimos.
– ¿Que ocurre?
– Señor Malton, queda deteniendo por el asesinato de Amanda Brown.
Mi padre y yo nos quedamos mirándonos sin entender nada.
La policía se llevó a mi padre a la comisaría detenido. Llamé a mis abuelos y a mis tíos y no tardaron nada en llegar a mi pueblo.
Cuando estaba con mi familia pensamos que hacer.
Mis tíos me dijeron que no me preocupase, que era inocente y que la policía descubriría que ha pasado. En cambio mis abuelos maternos nunca les había gustado mi padre y pensaban que podría ser capaz de todo.
Amanda Brown era la novia de mi padre desde hace cuatro años, desde que murió mi madre. Era una mujer amable y bastante guapa, aunque no era santo de mi devoción.
Me costó bastante entender que mi padre tenía que rehacer su vida pero cuando lo acepté, quise que Amanda se sintiese en familia.
La policía vino a casa a explicarnos que había pasado.
Nos contó que en el maletero del coche de mi padre se había encontrado un vestido de Amanda cubierto de sangre de ella y de mi padre.
Registraron nuestra casa y encontraron varias notas donde mi padre le decía a Amanda que había descubierto que le era infiel y que haría todo lo posible para ver muerto a su amante y a ella.
Mi padre entró en la cárcel por asesinato y yo me fui a vivir con mis tíos hasta que cumplí los dieciocho años.
Nunca pude comprender como mi padre había sido capaz de asesinar a su pareja aunque descubriese su infidelidad. Pensaba que él era una buena persona y nunca haría semejante atrocidad.
Y la verdad es que no, nunca lo haría, pero tenía que inculparle a él.
Descubrí que mi padre estaba con Amanda mientras él aún estaba casado con mi madre, cuando me enteré supe que tenía que vengar a mi madre, así que si alguien tenía que morir era Amanda y si alguien tenía que pisar la cárcel era mi padre y no yo.
Va por ti, mamá.