Tan solo el humo del vaper del inspector se movía en aquella sala. De pronto un ruido sordo proveniente de la puerta principal llamó la atención de los presentes. Un tipo uniformado de policía, delgaducho y rubio se acercó a su superior y le dijo algo al oído que ninguno de los otros presentes pudo alcanzar a oír.
– Bien, parece que estamos todos… – dijo el inspector en un tono algo más serio mientras guardaba el vaper en su gabardina marrón y se giraba para encarar a los sospechosos. – Entonces no les entretendré más… Voy a ir directo al grano. Sabemos quién es el asesino.
Hubo ruidos de sorpresa y desconcierto que el inspector acalló, levantando la mano en breve gesto para apaciguar.
– Nos ha costado lo nuestro, así que en virtud del trabajo realizado por mi equipo, les diré cómo lo hemos averiguado.
Hizo una breve pausa y se dispuso a caminar lentamente por la habitación elucubrando.
– Para empezar, el asesino es alguien que ha estado en todos los escenarios del crimen y cuya presencia era indispensable para que el crimen sucediera. Conoce los motivos, a las víctimas, conoce bien los escenarios y las armas del delito. De hecho no descartamos que pudiera saber de primera mano los propios pensamientos de las víctimas. Además… se ha movido en nuestros círculos habituales como se de su casa se tratase. Nos ha seguido a muchos al trabajo o, incluso, nos ha espiado junto a nuestros seres queridos. Es como si quisiese saberlo todo sobre nosotros o nada le fuera suficiente. Es precisamente así como lo descubrimos. Era el único punto en común entre todos los sucesos. De hecho… no es del todo cierto, estoy incurriendo en una falacia.
Los sospechosos le miraron extrañados mientras el inspector sacaba brevemente su vaper y volvía a inhalar de él. Como queriendo concederse un momento de suspense.
– Sí, falacia – aclaró guardando el vaper nuevamente – Verán, en realidad fue mucho más difícil darse cuenta hasta que pensamos fuera de la caja. De hecho, a estas alturas ha debido deducirlo ya y, si es así, es probable que trate de darse a la fuga.
“Después de todo… nos está leyendo… ¿Me equivoco?…”