MUERTE EN BLANCO
SANTIAGO RODRIGUEZ LOPEZ | URIEL FENIX

El famoso autor de novelas de misterio, John Blackwood, fue encontrado muerto en su casa en circunstancias que parecían indicar un suicidio. Sin embargo, su editor, Henry, no estaba convencido de que su amigo y colega hubiera decidido quitarse la vida. Por ello contrató a un afamado detective privado, Peter Casper, para investigar más a fondo la muerte de Blackwood.
Casper comenzó a indagar en la vida del autor, entrevistando a sus amigos y familiares, y revisando sus manuscritos. La investigación le llevó a un inquietante descubrimiento, Blackwood estaba trabajando en una nueva novela que parecía tener un enfoque totalmente diferente a sus obras anteriores. Sin embargo, esta novela no había sido encontrada en la casa del autor, lo que llevó al detective a sospechar que alguien la había robado.
Mientras seguía las pistas, Casper descubrió que Blackwood había recibido varias amenazas en los días previos a su muerte. No constaban denuncias en la policía, pero se los había comunicado a su editor. Casper sospechaba de los amigos y familiares del novelista, pero nadie parecía tener información sobre quién podría haberlo amenazado.
Un mes después de la muerte de John, Casper recibió una pista anónima que lo llevó a un barrio marginal. Allí encontró a un hombre de aspecto siniestro que parecía estar vinculado con las amenazas. Utilizando sus dotes de persuasión el detective consiguió que el hombre reconociera haberle enviado varios anónimos a Blackwood pero negó cualquier participación en su muerte, sin embargo, le dio un nombre: James Paxton, editor rival de Henry, que había sido visto hablando con el autor en los días previos a su muerte.
Casper comenzó a investigar a Paxton, pero no encontró ninguna evidencia concreta de su participación en la muerte de Blackwood. Se entrevistó con él y la conversación le dio pistas que le permitieron encontrar el manuscrito perdido. Mientras revisaba el manuscrito de la nueva novela de John, encontró algo extraño: la obra no estaba completa. Parecía que Blackwood había estado trabajando en ella hasta el mismo día de su muerte, pero había dejado una última página en blanco.
Mirándolo con atención, el papel de esa última página era diferente de las demás. El detective comenzó a pensar en la posibilidad de que alguien hubiera asesinado a Blackwood para robar la última página de la novela. Pero ¿quién podría haber hecho algo así? ¿Y qué era tan importante en esa última página como para justificar un asesinato?
La investigación lo llevó a un callejón sin salida. La falta de pruebas llevó a que la Policía cerrara el caso, dando por buena la hipótesis del suicidio.
Pero Casper no estaba dispuesto a darse por vencido, decidió seguir investigando por su cuenta, buscando pistas y conexiones que pudieran llevarlo a desentrañar la muerte de Blackwood.
El misterio detrás de la muerte del autor seguía sin resolverse, pero el detective estaba seguro de que tarde o temprano descubriría la verdad.