Mi hermana llevaba un mes desaparecida desde la última llamada que tuvimos, alcanzo a decirme que había conseguido un trabajo (luego de buscar durante mucho tiempo). Después de reportar su desaparición, decidí buscar por mi cuenta donde ella había permanecido por última vez, ya que a la policía no parecía impórtale así que toqué la puerta de esa hermosa casa, una señora de aspecto mayor muy bien cuidada y arreglada me abrió la puerta y enseguida le dije:
— He venido por el anuncio de empleo.
— Pasa, te he estado esperando.
Me dispuse a entrar sin ninguna preocupación, salvo que supiera quien era y mis motivos. Al entrar en su casa pude apreciar lo delicada he impecable que estaba, al fondo, me llamo la atención un estante que contenía una colección de pequeñas muñecas de porcelana muy llamativas y con cabellos sedosos de muchos colores.
—¿Te gusta mi colección de muñecas? Son muy hermosas ¿cierto?
— ¡En verdad lo son!
Quise realizar mi trabajo he intentar conocerla bien pues tenía una razón. Pasaron los días y me fui adaptando a la rutina, al pasar de las semanas, observé que su aspecto decaía cada día. Me atreví a preguntarle si se encontraba bien pues estaba bajo mis cuidados y no quería que su salud se viera afectada por mi causa. — “No debes preocuparte” me dijo, —¡Muy pronto se acabará esta decadencia física! Solo sonreí sintiéndome abrumada y desconcertada.
En el pasar de los días, no podía quitarme esta sensación escalofriante, la casa se tornaba fría y las paredes parecían crujir por las noches.
y disponía de su tiempo para trabajar en sus muñecas en un pequeño cuarto, en el cual yo no tenía permitido entrar ni siquiera Todas las tardes ella se ausentaba de mi cuidado para realizar la limpieza. Ese día salió con una muñeca en sus manos, la más bonita que había visto hasta el momento, ella se sintió con la necesidad de mostrármela, su cabello era hermoso y tan oscuro como la noche misma, al tocarlo no pude evitar sentirme completamente abrumada.
—¿Es hermoso no crees?
— Disculpe… (mi mente divagaba por completo)
—¡Su cabello! Es hermoso, es…muy parecido al tuyo.
—…Si (susurre)
— ¿Quisieras acompañarme a tomar el té?
Me sirvió un té con un aroma peculiar, todo mi ser decía que no lo tomara, pero lo hice, de pronto todo se volvió borroso y caí inconsciente. Desperté en una habitación de aspecto sombrío y rodeada de velas, me encontraba situada en una mesa de piedra y un círculo por debajo de ella. Entro por la puerta sosteniendo una daga de aspecto peculiar, — Todo pasara rápido, pero antes, deberé quitar tu hermoso cabello… tal como lo hice con las demás…
Se acercó y levanto la daga contra mí, en ese momento una luz envolvió la habitación segándola y empujándola contra las velas, en un segundo el cuarto se encontraba en llamas y una voz familiar me susurró —¡levántate! Corrí hacia la puerta sin mirar atrás y abandoné esa casa cubierta en llamas.