En el año 2187, el inspector Clive Dalrymple estaba a punto de jubilarse de la Fuerza de Policía Interplanetaria. Con décadas de experiencia en la resolución de crímenes en la Tierra y otros planetas, Dalrymple era conocido por su meticulosidad y sabiduría. Su último caso, sin embargo, parecía desafiar toda lógica. Una serie de robos y asesinatos en la colonia marciana de New London habían dejado a las autoridades desconcertadas. Para ayudarle en su investigación, Dalrymple contaba con la entusiasta oficial novata, la agente Mita, una joven inteligente y audaz, dispuesta a aprender del veterano inspector.
La investigación los llevó a las profundidades del laberinto subterráneo de la colonia, donde se encontraron con una serie de extraños artefactos robóticos que parecían estar involucrados en los crímenes. Estos dispositivos, con una tecnología que sobrepasaba incluso a la avanzada ciencia del siglo XXII, dejaron a Dalrymple y Mita perplejos. Mientras analizaban los dispositivos, una explosión sacudió el laboratorio de investigación, dejando a Dalrymple gravemente herido. Antes de perder el conocimiento, instó a Mita a continuar la investigación sin él y asegurarse de que se hiciera justicia.
Con la determinación de honrar el legado de su mentor, Mita se adentró en el enigmático mundo de la robótica avanzada. Después de seguir pistas y enfrentarse a numerosos peligros, descubrió que un científico renegado, el Dr. Malcolm Vex, había creado los artefactos robóticos utilizando una tecnología prohibida y los había programado para llevar a cabo los crímenes en su nombre. Mita localizó el escondite de Vex en una zona remota de la colonia y logró infiltrarse en su laboratorio. Allí, encontró pruebas incriminatorias que vinculaban al Dr. Vex con los robos y asesinatos, así como planes para desatar un ejército de robots en la colonia marciana y apoderarse de New London.
En un enfrentamiento final, Mita logró desactivar el sistema de control central de Vex, poniendo fin a la amenaza de los robots y capturando al malvado científico. Aunque había resuelto el caso, la victoria se vio empañada por la triste noticia de que Dalrymple había sucumbido a sus heridas. En honor a su mentor y amigo, Merrick continuó su carrera en la Fuerza de Policía Interplanetaria, siguiendo los pasos de Dalrymple y manteniendo vivo su legado de integridad y justicia. Con el tiempo, se convirtió en una inspectora respetada, siempre recordando las lecciones aprendidas de su valiente mentor en aquel último y emocionante caso.