—¿Cómo ha conseguido este número? —en la distancia, la voz del Asesino suena triste, cansada.
—Bueno, supongo que es irrelevante, ¿no? —contesta la Desconocida aparentando seguridad. Algo ausente, angustiada—. Lo que importa es que tengo un encargo para usted. Es su trabajo, ¿no?
—Bien, ¿qué es lo que necesita de mí? —El hombre habla con calma, dejando que las palabras llenen, una a una, el silencio. De fondo, un aparato reproduce la voz melancólica y aterciopelada de Ruth Etting acompañada por un insinuante piano:
All you took
I gladly gave
—Bueno, no conozco el argot. No sé cómo se refieren ustedes a esto. Tengo un encargo, necesito…, necesito que mate a alguien.
—De acuerdo, ¿sabe cómo funciona esto?
There is nothing left for me to save
—Bueno, la verdad es que no —a la mujer se le escapa una risita incómoda—, es la primera vez que preciso de un servicio así.
—Bien, lo primero. Usted y yo no vamos a vernos nunca. Y tampoco volveremos a hablar. De ninguna manera. ¿Entendido?
All of me
Why not take all of me
—Sí, claro. Lo entiendo.
—De acuerdo. ¿De quién estamos hablando?
Can’t you see
I’m no good without you
—Es…, una mujer…
—No me cuente nada más —corta tajante el Asesino—. Preparará un documento. Que no sea manuscrito. Escriba en él toda la información sobre esa mujer. Nombre, edad, direcciones. Domicilio, trabajo, amistades, locales a los que acuda habitualmente. Sus costumbres, sus rutinas, sus horarios. ¿Entendido?
Take my lips
I want to loose them
—Sí. ¿Qué hago con ese documento? —pregunta la Desconocida.
—Espere —continúa el hombre—. También debería reunir unas cuantas fotografías. Necesito conocerla, saber quién es. Imágenes de su cara, de su cuerpo. Diversos ángulos, diversas poses. Cuantas más, mejor. ¿Es eso posible?
Take my arms
I’ll never use them
—Sí, claro, no hay problema—. A la Desconocida le tiembla la voz.
—Bien. Lo pondrá todo en un sobre lo más anodino posible. Sin remitente. Tan sólo un nombre. Una especie de clave, como una contraseña. Y me lo enviará por correo ordinario a la dirección que le daré luego.
Your goodbye left me with eyes that cry
—Ophelia —dice ella.
—¿Cómo? —increpa el Asesino.
—La contraseña, Ophelia.
—¡Ah! Bien, de acuerdo. Mientras dispone de la documentación, deberá preparar el dinero —sigue diciendo el hombre—. Sólo efectivo. Una parte por adelantado y el resto al finalizar el contrato, ¿de acuerdo?
How can I go on dear without you
—Claro. ¿Cuánto debo entregarle en el primer pago? —pregunta la Víctima.
—Deberá reunir mil dólares.
You take the part that once was my heart
—¿Cómo le pago si no vamos a vernos?
—Será muy sencillo –le explica el Asesino—. Tome nota.
—Espere —dice la mujer un poco alterada—. Antes quería preguntarle una cosa.
—Dígame. —El Asesino parece un poco contrariado.
So why not take all of me
—¿Le importa si se lo pago todo de una vez?