La primavera invita a los senderistas a organizar travesías por cualquier paraje, que les aleje de lo mundano.
Protección Civil y la Benemérita son conscientes de la probabilidad de tener más emergencias, para ayudar a senderistas perdidos y lesionados.
Es sábado, 24 horas de turno, pero han aprendido a llevarlo.
Mientras no haya ninguna emergencia, y siendo conscientes que tienen todo el material de rescate preparado, cada uno se dedicaba a una actividad diferente.
Suena el teléfono de emergencias, unos senderistas han encontrado el cuerpo de un cadaver a orillas de un riachuelo que pasaba por allí.
El equipo de emergencias gracias a los senderistas geolocalizan rápido el lugar.
Mujer joven alrededor de 30 años, yace en el suelo, con marcas de sufrimiento en varias zonas del cuerpo y probable agresión sexual.
Acude el médico forense para certificar la muerte y se la llevan para realizar la autopsia, que pueda orientarles por dónde empezar la investigación.
El lugar es pequeño y como siempre las malas noticias se extienden rápidamente.
Esto pocas veces les favorece, pero la gente del pueblo podía dar alguna pista. En estos momentos cada hallazgo era válido.
Esta situación les venía muy grande, informaron a sus superiores y solicitaron ayuda.
Un equipo experto les ayudaría, mientras seguírian buscando alguna prueba que pudiera orientarlos. Cerca del asesinato, un monolito con plantas aromáticas. Con cuidado por no alterar el lugar, cogieron pruebas por si podían obtener datos y cotejarlos con los del forense. Les llegó un primer informe de la autopsia, estrangulamiento, golpes en la cabeza y violacion post-morten.
El informe les dejo descompuestos, no era un perfil peculiar, era una persona que había disfrutado y se había excitado viendo morir a la víctima y para finalizar y terminar su destrucción la agredió sexualmente post morten.
Estaban atados de manos, no tenían pruebas suficientes y no sabían por donde empezar.
De nuevo el teléfono, otro cadáver en un lugar diferente, llegaron raudos, parecía que todo era muy reciente, no había rigor mortis. El modus operandi el mismo, mismos daños y torturas; algo cambiaba el escenario, el asesino iba herido, en este caso había habido lucha. Había que analizar el ADN cuanto antes, podrían dar con información que les llevará hasta el asesino.
Se mando cerrar y acotar el parque, un despliegue sin igual.
Llegaba más información, la sangre parecía proceder de un psicopata fugado hace unos días, de un psiquiátrico cercano con un brote psicótico descontrolado.
Encontraron un rastro de sangre que marcaba una dirección de huida.
Al llegar al final del camino, un precipicio y un hombre agonizando tras un suicidio desesperado, no pudo controlar sus impulsos, pudieron contra él.
Era una persona enferma, inconsciente de sus acciones, pero no se le podía eximir de haber matado a dos personas inocentes, una pesadilla, pero su descontrol psicótico lo había transformado en un asesino.
Un final amargo, y sin poder culpar ni hacer justicia por las vidas perdidas.